Se denomina bienes de cambio a todos aquellos bienes tangibles que se destinan directa o indirectamente a la comercialización. Así, serán considerados bienes de cambio aquellos bienes que se adquieren o desarrollan para su posterior distruibución, a aquellos bienes que están en proceso de producción o a aquellos que se consumen para producir los bienes a vender. La palabra clave aquí es “comercializar”: tanto los bienes que se comercializan como los que se consumen para producirlos son considerados bienes de cambio. Este tipo de bienes son una de los pilares sobre los que se basa una economía de mercado, como también lo son los servicios.
Un bien es ante todo un elemento que sirve para la satisfacción de necesidades. En tanto tal es demandado y ofertado en el mercado como bien de cambio. Considerando el libre juego entre estas dos variables es como se determina su precio. La principal característica de un bien de cambio es justamente que este se incorpora al proceso de comercialización. Este precio de venta final será decisivo en la consideración de los costos para su producción o adquisición en el caso de reventa; el otro aspecto a considerar es el costo de reposición al que podrá accederse.
Estos bienes registran en inventarios que estiman su precio. Existen diversas metodologías para logar este cometido. Así, puede utilizarse una que considere los precios de ventas y de compras según un criterio de “primera entrada, primera salida” (FIFO); en este caso el costo de la mercadería se registra como realmente se adquirió y las salidas siguen el orden cronológico. En otros casos se utiliza un sistema de “ultima entrada, primera salida”, en donde los costos también son similares a los realmente erogados en el mercado, con la salvedad de que las salidas siguen el orden inverso al cronológico, registrándose los últimos costos de los bienes como primeras salidas. Finalmente, existe un sistema que se inclina por utilizar un promedio del costo de todos los productos adquiridos siendo ese el registrado para las distintas salidas.
Los bienes de cambio se distinguen de los bienes de uso en que estos últimos no están directamente involucrados en la comercialización. Pueden ser importantes en el desenvolvimiento e la actividad, pero no se incorporan en el bien final ni se consumen para que este se produzca. En cambio, los bienes de cambio suelen ser el núcleo del negocio y de la actividad comercial de la empresa en cuestión.