La literatura es el arte de contar cosas a través de las palabras. Hay muchas maneras de comunicar y cada formato es un género literario. La autobiografía es una modalidad o género en el que no se recurre a la ficción, puesto que lo que se cuenta es la vida del autor del libro.
Hay una singularidad en toda autobiografía y consiste en que el autor y el protagonista son la misma persona. Se trata de una propuesta narrativa que ha estado presente en la historia de la literatura desde los tiempos más remotos, pues algunos personajes han sentido la necesidad de plasmar su propia trayectoria vital por algún motivo.
El lector de una autobiografía no solo puede conocer el recorrido personal del autor, sino que también se adentra en un contexto histórico.
Se habla de autobiografía como sinónimo de libro de memorias. Se puede afirmar que es prácticamente el mismo género, pero hay un elemento que los diferencia: las memorias se refieren a un episodio o aspecto personal y la autobiografía es la totalidad de la vida.
Existe una variante de esta modalidad literaria, la novela autobiográfica. En ella el autor incorpora elementos ficticios mezclados con los no ficticios. Esta combinación permite una mayor riqueza de registros y, al mismo tiempo, otorga al autor un enfoque más libre.
La autobiografía es el testimonio de la vida de un individuo. Normalmente es alguien conocido y con cierto prestigio social. Esta circunstancia incorpora el riesgo de que el autor cuente la mejor versión de sí mismo y que, en consecuencia, no sea absolutamente fiel a los hechos. Ante cualquier obra autobiográfica, el lector no puede evitar preguntarse sobre la verdad de lo que está leyendo. Como alternativa literaria, hay otro género de no ficción, la biografía, en la que un escritor relata las vivencias de alguien famoso y, en principio, no tiene ningún motivo para eludir episodios que puedan dejar en mal lugar al personaje elegido.
La autobiografía es también un reto intelectual y emocional por parte del escritor. Al contar toda una vida se está examinando a sí mismo, como si estuviera mirándose ante un espejo y contara a los demás lo que ve. Este ejercicio de memoria e introspección supone asumir la propia vida, con sus aciertos, contradicciones y miserias.
Los testimonios personales que se cuentan en las autobiografías tienen un elevado valor histórico. De hecho, los historiadores se nutren de este género para comprender a un personaje, su contexto social y las ideas e inquietudes de una época.