Se denomina aptitud a la capacidad de realizar un determinado trabajo, tarea o actividad con un nivel razonable de probidad. Es menester señalar que hablar de aptitud en este sentido implica que la tarea a desempeñar agregue valor al que la ejecuta o a un tercero, esto es, que sea capaz de crear beneficio. Es por ello que, generalmente, cuando se habla de aptitudes en alguien, suele vinculárselas al impacto social o económico que las actividades realizadas tienen. En efecto, siendo en hombre un ser social, es imposible deslindar un “don” de esta esfera, intentar tratar una determinada aptitud como algo ajeno a la exitencia de los congéneres.
Ahora bien, cabe preguntarse si la aptitud en una actividad o conjunto de actividades es algo innato o una inclinación capaz de ser desarrollada. La respuesta parece orientarse a tener en cuenta ambas posibilidades: se tiene predisposición a realizar con gracia algunas tareas y el trabajo y estudio concienzudo perfecciona esta predisposición natural. Es celebre la parábola bíblica de aquel que escondió su talento y por ello mismo fue incapaz de hacerlo fructificar al hacerlo trabajar.
Dada las precedentes afirmaciones, se colige la importancia que una correcta educación tiene en los niños y adolescentes, en la medida que es la que habilita un mayor o menor desarrollo de habilidades. En este sentido, cabe señalarse que los talentos de una persona no son algo externo o superficial, sino que son algo constitutivo de su identidad; cualquier esfuerzo en este sentido conlleva su ponderación como persona. Es por ello que el incentivo es fundamental para acometer cualquier empresa en este sentido.
También es oportuno señalar que el desarrollo de una aptitud no puede estar ligado meramente a un área del saber humano, en la medida en que se ha demostrado que el cerebro no trabaja de modo estanco: el área lógica se relaciona con el área creativa de modo natural. Así, es menester siempre tener estímulos variados y buscar la interrelación de competencias en apariencia distantes para mejorar en un área específica.
Por todo lo expuesto es de vital relevancia hacer esfuerzos en el desarrollo personal para que la aptitud en cualquier área se perfeccione y a su vez sirva para encontrar nuevas condiciones sobresalientes que sirvan para el beneficio propio y ajeno, como así también buscar los correctos para facilitar dicha tarea. Es quizá una de las tareas más gratificantes que puedan y deban acometerse.