Este término proviene del griego y se forma a partir de los vocablos apo y stasis. El primero quiere decir alejarse de y el segundo significa rebelión. Se utiliza esta palabra en el contexto religioso y con ella se indica que una persona se ha separado de una doctrina religiosa. En otras palabras, se trata de una ruptura con unas creencias religiosas. Quien protagoniza esta decisión es un apóstata.
Diferencias entre apóstata, ateo, agnóstico y hereje
– Un apóstata es la persona que expresa su deseo de desvincularse oficialmente de una corriente religiosa o una iglesia.
– Un ateo es alguien que no cree en la existencia de un Dios.
– Un agnóstico no niega su existencia, sino que afirma que se trata de algo indemostrable.
– Un hereje es quien enseña una doctrina religiosa distinta a la oficial y, por lo tanto, una herejía es una idea considerada falsa.
En el contexto de la iglesia católica
En la tradición católica los niños son bautizados a los pocos días de su nacimiento y desde ese momento se convierten en católicos a través del acta del bautismo. En este sentido, cuando un católico se convierte en adulto puede renunciar a su pertenencia a la iglesia y optar por otra doctrina cristiana o bien no vincularse a ninguna otra iglesia.
En la práctica es un procedimiento complejo y muy poco corriente. En primer lugar, quien pretende separarse de la fe católica tiene que presentar una serie de documentos (básicamente, la partida de bautismo y documento de identidad) y posteriormente presentar un formulario de apostasía. Todo ello se remite a la diócesis correspondiente.
Finalmente los responsables de la diócesis emiten un documento en el que se declara formalmente que el solicitante abandona la fe católica.
El acto de apostatar puede estar motivado por la pérdida de la fe o por no compartir los preceptos del catolicismo. Quien toma esta decisión considera importante que haya un documento certificado en el que se indica que ya no forma parte de la Iglesia católica.
En el contexto del Islam hay un debate sobre cuál debe ser el castigo asociado a la renuncia al abandono de la fe
Si un seguidor de la fe islámica decide convertirse a otra religión, por ejemplo al cristianismo, puede ser acusado de apostasía. El castigo impuesto puede ser incluso la pena de muerte. En este contexto religioso quien se aleja de las creencias es denominado murtad. Como es lógico, la posibilidad de ser castigado por el abandono de la fe provoca una controversia entre los propios intérpretes del Islam.