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Definición de Apartheid historia, y características

Mercedes Roch
Lic. en Historia

Se llamó Apartheid al sistema de organización sociojurídica que tuvo lugar en Sudáfrica entre 1948 y 1990. El mismo implicó la aplicación de políticas sistemáticas de segregación social que excluyeron y negaron derechos a la mayoría de los habitantes del país.

Según este sistema, el grupo racial al que se pertenecía determinaba tanto el lugar de residencia, como el nivel de estudios o los sitios de esparcimiento. En otras palabras, la llamada “raza” brindaba o quitaba beneficios según el origen de las personas. Tanto fue así que las poblaciones no blancas carecían de derechos tan básicos como el de sufragar. De esta forma, la población blanca monopolizó los espacios de poder por 42 años.

Por constituir una violación a los derechos humanos, hoy en día el Apartheid y los sistemas de segregación son considerados por la justicia internacional como delitos de lesa humanidad.

Historización del Apartheid

A fines del siglo XV, los europeos iniciaron la expansión por los distintos continentes con fines comerciales. Así, fue Portugal el primer país que se asentó en lo que es la actual Sudáfrica en el siglo XVI e instaló allí factorías que servían como punto intermedio para el comercio en el Océano Índico.

Posteriormente, en el siglo XVI, se instalaron en el territorio un grupo de campesinos calvinistas de origen neerlandés, que se dieron en llamar afrikáneres o bóeres. Los mismos se expandieron por la región, enfrentándose constantemente con las poblaciones locales. En este punto, es preciso destacar que los bóeres nunca vieron con buenos ojos la integración social. Sin embargo, la colonización de Sudáfrica por parte de Gran Bretaña a fines del siglo XVIII implicó, en principio, un declive para el avance bóer luego de que fueran vencidos en 1902. A partir de ese momento, el territorio pasó a pertenecer a la Corona británica y las actitudes segregacionistas de los afrikáneres fueron deslegitimadas.

Sin embargo, las elecciones presidenciales de 1948 constituyeron un punto de inflexión en la historia sudafricana ya que se impuso el candidato del Partido Nacional Reunificado, Daniel Francois Malan. Conformado por bóeres conservadores y segregacionistas, este partido impuso leyes contrarias a la integración social una vez que asumió el poder. Así fue que surgió el sistema llamado “Apartheid” el cual, entre varias medidas, prohibió el sufragio a las personas no blancas, permitiendo así la reelección constante del Partido Nacional Reunificado.

Es de destacar que, a nivel internacional, las políticas del Apartheid fueron condenadas. Muestra de ello lo constituyen la exclusión de la Commonwealth en 1960, la exclusión de los Juegos Olímpicos de Múnich en 1960, la condena internacional en 1977 y el llamamiento del Consejo de Seguridad de la ONU a imponer al país sanciones económicas. No obstante, los historiadores entienden que ello no fue más que una pantomima ya que no se tomaron medidas reales para condenar al Apartheid. La razón de ello está dada porque Sudáfrica se erigía, en plena Guerra Fría, como un bastión anticomunista.

El Apartheid cayó como sistema en 1994, tras la elección de Nelson Mandela como presidente, gracias a la lucha de los militantes anti-apartheid y en un contexto en que la Guerra Fría ya había finalizado.

Características del Apartheid

El Apartheid fue un sistema discriminatorio que existió en Sudáfrica entre 1948 y 1990. La etimología del concepto proviene del afrikáans y significa, literalmente, “separación”. Dicho sistema contó con una serie de características, todas ellas basadas en la desigualdad, que detallaremos a continuación.

En primer lugar, el Apartheid separó a las personas en términos jurídicos tomando como base criterios raciales. Así, se dividió a la población en Blancos, Asiáticos, Mestizos, y Bantúes o Negros. A esta división, a su vez, se le dio una jerarquía por la cual los blancos se instalaron en el escalón superior de la pirámide social.

Otro aspecto característico del Apartheid fue su carácter legal, es decir que estableció todo un sistema basado en leyes discriminatorias y en la posesión o no de derechos según el grupo racial al que se perteneciera. De esta forma, los blancos acumularon legalmente el poder económico, político, social, jurídico y cultural.

Entre las leyes segregacionistas que propulsó el Apartheid destacan por su brutalidad la Ley de Matrimonios Mixtos de 1949 (prohibía la unión civil entre personas de diferentes grupos raciales); la Ley de Registro de Población de 1950 (estableció el criterio racial de división de las personas y obligó a los mayores de 16 años a portar un carnet de identidad racial); y la Ley de Agrupación por Áreas también de 1950 (obligó a las personas a vivir en áreas separadas según su grupo racial de origen). Esta última ley tuvo un gran impacto sobre la población negra, que constituía el 75% de la población de Sudáfrica, ya que a la mayoría de ellos se los separó de sus familias y de sus círculos de pertenencia y se los trasladó a los llamados “bantusantes”, cuyas tierras eran menos productivas y carecían de servicios básicos como el agua y la electricidad.

Como podemos observar, otra característica del Apartheid la encontramos en el hecho de que una minoría dominó a una mayoría por más de cuarenta años. Esto igualmente no implicó que no hubiera habido resistencia al mismo. De hecho, el Congreso Nacional Africano, fundado en 1912 para defender los derechos de la población negra, contó con una gran cantidad de adhesiones en los años 50 y fue en 1955 que sus miembros firmaron la Carta de Libertad en favor de un país igualitario y no racista. Asimismo, también proliferaron los Movimientos para la Liberación Nacional. No obstante, la resistencia fue fuertemente reprimida, torturada, encarcelada y/o asesinada. De hecho, Nelson Mandela estuvo preso durante 27 años por reclamar por los derechos de la mayoría de la población sudafricana.

Autora

Escrito por Mercedes Roch para la Edición #115 de Enciclopedia Asigna, en 09/2022. Mercedes es Profesora y Licenciada en Historia, egresada de la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Maestranda en Estudios Culturales Latinoamericanos. Autora de Primeras (Editorial Malisia).