Se denomina anécdota a una narración de acontecimientos que han sido experimentados y que son llamativos o de interés por alguna circunstancia en particular. Por ello, las anécdotas tienen en general como protagonista principal al propio narrador de la misma. Pueden tener diversos tonos, a saber: humorísticos, dramáticos, aterradores, etc. La finalidad principal es la transmisión de una experiencia del modo más vívido posible, de modo tal que posibilite la empatía del o los oyentes. Existen personas con una gran capacidad para ejecutar estas narraciones, captando rápidamente la atención de los demás, que encuentran entretenidas estas disquisiciones; en efecto, la anécdota, como toda narración, tiene una serie de principios y de “trucos” que contribuyen a la atracción que concitan.
El primer elemento que cabe considerar es el de narración. En efecto, la anécdota es el relato ordenado de una serie de acontecimientos que intentan de alguna manera generar atención en el oyente. Este tipo de circunstancia hace que estos se presenten de un modo tal que generen algún clima de suspenso, hecho que hace al auditorio esperar que la narración siga para escuchar el desenlace. Así, una anécdota comienza con una advertencia de que lo que se contará es llamativo en alguna medida; está advertencia puede ser explícita o implícita en la misma narración y en el tono que se utiliza.
Dada su brevedad, en general la narración presenta un orden cronológico en los hechos. Estos deberían ser desde el punto de vista temporal una sucesión similar a lo acontecido; no obstante, existen como en toda circunstancia excepciones. En efecto, debemos recordar que una de las finalidades de la anécdota es comunicar una experiencia y generar empatía, circunstancia que hace necesaria que se respete cierta relación con lo acontecido.
Para analizar la estructura de cualquier anécdota puede utilizarse los criterios de “introducción”, “nudo” y “desenlace”. En efecto, siguiendo el análisis que considera a una anécdota un tipo particular de narración, estos criterios pueden ser harto útiles a la hora de explicarlas. Así, la introducción puede referirse a la instancia que sirve para presentar los hechos de un modo somero, instancia que sirve asimismo para dar cuenta de que éstos tienen algún grado de importancia. En cuanto al nudo, puede entenderse como el centro del conflicto que mueve a los acontecimientos: puede ser un problema, una búsqueda, etc. Finalmente, en el desenlace se dará cuenta de la forma en que pudo resolverse el conflicto o problema, si es que esta situación llegó a completarse.