Amar es tener un sentimiento profundo hacia alguien. Esta definición es aceptable, pero de alguna manera resulta insuficiente, ya que el sentimiento del amor es especialmente complejo.
El concepto de amar puede analizarse desde varias perspectivas; con una dimensión filosófica, poética e incluso religiosa. En cualquier caso, siempre hay un componente misterioso e inexplicable en el hecho de amar.
Tradicionalmente la idea de amar está relacionada con el deseo intenso de estar con alguien y compartir con otra persona unos lazos afectivos duraderos. Se trata de una vivencia intensa, aunque puede ser al mismo tiempo dolorosa. Este aspecto contradictorio es uno de sus elementos característicos. La frontera entre el amor y el odio con frecuencia es débil y con relativa facilidad se pasa de un sentimiento a otro. Al pensar en amar a otra persona inevitablemente lo asociamos a un hombre y una mujer. Sin embargo, es un sentimiento mucho más amplio. Podemos amar a los hijos, a una actividad o a un animal. Amamos porque hay algo en nuestro interior que nos empuja a ello. Ese algo es, precisamente, el componente misterioso, extraño y casi inexplicable del amor.
Se podría hablar de las dos caras del amor. Una es claramente positiva y se caracteriza por la entrega al ser querido, por la actitud generosa y desinteresada y por un sentimiento noble y bondadoso. Hay un lado oscuro en la acción de amar; en el que hay una inclinación hacia la posesión del ser o el objeto amado, un sentimiento de desasosiego y angustiosa ante el temor de perder aquello que se ama, incluso se habla de la locura del amor, es decir, la posibilidad de cometer alguna acción irracional provocada por el intenso deseo. Tanto en su versión positiva como en la negativa, existe una intensidad emocional distinta a la de cualquier otro aspecto emotivo. En un famoso soneto de Lope de Vega se comunica muy bien la singularidad del amor como vivencia ambivalente y en el último verso se expresa la idea de que es algo que va más allá de las palabras (quien lo probó lo sabe).
Se ha intentado explicar qué quiere decir amar. Se dice que es una reacción química que produce nuestro organismo. Esta valoración biológica se traduce en palabras y son los poetas quienes más se han dedicado a ensalzar el amor y su cara amarga, el desamor. Las vivencias espirituales profundas son igualmente descritas como una vivencia amorosa. Los filósofos han analizado esta idea y no hay que olvidar que filosofía quiere decir precisamente amor a la sabiduría.