- 780
- 813
- 820 – 833
- 850
- Post Mórtem
Nació en la región de Corasmia (actual Irán), perteneciente al califato Omeya.
Comenzó a escribir su obra más importante: Compendio de cálculo por reintegración y comparación, que versa sobre matemáticas.
Fue escrito en árabe, entre el 813 y el 833. Integró la colección de la Casa de la Sabiduría de Bagdad.
En él expuso los fundamentos del álgebra; de este modo se convirtió en el primer matemático en estudiar de modo sistemático la resolución de la ecuación de primer y segundo grado.
Sin embargo, no fue el único, sino que también le aportó a la humanidad, y a sus colegas posteriores, una docena de libros que llevaron su firma.
Estuvo dividido en tres partes: en la primera trató la resolución de ecuaciones de primer y segundo grado; en la segunda abordó problemas geométricos; y en la tercera parte resolvió cuestiones inherentes a los testamentos y herencias.
Fue traducido al latín por el traductor italiano Gerardo de Cremona y fue utilizado en las universidades europeas como libro de texto hasta el siglo XVI.
Fue jefe de la biblioteca de la Casa de la Sabiduría, que funcionó como una universidad, biblioteca, centro de traducción y está considerada como el epicentro intelectual de mayor influencia y relevancia durante la Edad de Oro del islam (siglo IX). La fundó el califa Harún al-Rashid.
Su principal misión fue la de traducir libros del persa al árabe y de preservar los libros traducidos que a partir de ese momento se erigían en patrimonio cultural. Asimismo, tradujo obras científicas y filosóficas fundamentales, del griego y el hindú, al árabe.
Contó con observatorios propios que los grandes intelectuales y estudiosos utilizaron para avanzar en investigaciones, descubrimientos y conocimientos vinculados a la astronomía, matemáticas, alquimia, medicina, geografía, cartografía, química, entre otras.
Cabe destacarse que, la importancia y la influencia que ejerció esta institución ha hecho que se la compare con la Biblioteca de Alejandría.
Fue pionero en la utilización de símbolos para la resolución de los problemas. De esta manera se ahorró la problemática de atascamiento que siempre apareció a la hora de hacer cálculos numéricos.
En materia de geometría, determinó latitudes y longitudes de ciudades y dejó a la posteridad un mapamundi que actualizó los mapas producidos por Ptolomeo.
Y en lo concerniente a la materia de astronomía confeccionó unas tablas astronómicas, con la ubicación de los cinco planetas que se conocían hasta ese momento, más el sol y la luna, y que fueron la base de las denominadas tablas alfonsinas que se crearon bajo el reinado de Alfonso X, el sabio.
Murió en la ciudad de Bagdad (Irak), a los 70 años.
Se erigió una estatua en su honor en la ciudad de Jiva, Uzbekistán, donde habría nacido. La imponente escultura lo muestra sentado en un banco, en posición de pensamiento, mirando al suelo, como si estuviese efectuando un cálculo.
Un cráter y un asteroide llevan su nombre, también en homenaje a sus contribuciones en el campo de la astronomía.
Otro reconocimiento que recibió, gracias a lo didácticas que resultaron sus explicaciones para trabajar con números decimales, es que a las mismas se las denominó con el término de algoritmo, palabra formada a partir de su nombre.
Con el correr del tiempo, se volvió ya un uso y costumbre la utilización del concepto de algoritmo para referir a cualquier procedimiento de rutina y sistemático para resolver un problema.
Sin irnos demasiado lejos en el tiempo, en el siglo XX, con la aparición de las computadoras y los diversos lenguajes de programación, los algoritmos, adquirieron una popularidad inusitada.
Y en la actualidad se habla de algoritmo para referirnos a esa especie de panóptico que vigila nuestros accesos a internet y redes sociales, y que nos ofrecen, publicidades o noticias, adaptadas a las preferencias de navegación que registran de nosotros.