El agotamiento es un cansancio extremo. Sentirse cansado tiene una graduación muy amplia. Puede ser una sensación moderada o en un grado muy elevado.
El agotamiento está asociado a una serie de reacciones del organismo: dificultad para respirar, falta de energía y la sensación de que las fuerzas escasean. Dicho con otras palabras, cuando alguien se encuentra al límite de su capacidad física y no puede realizar un nuevo esfuerzo.
El agotamiento físico está muy presente en algunas actividades deportivas. En las carreras de fondo los atletas someten al cuerpo a un alto nivel de exigencia para conseguir la victoria. Esta circunstancia se traduce en unas pulsaciones muy elevadas (en algunos casos alrededor de 200 por minuto), lo cual produce un lógico agotamiento general. Otros deportes o actividades también tienen estas características (el montañismo y el ciclismo serían dos ejemplos en los que el cansancio extremo es bastante frecuente).
En algunas circunstancias el agotamiento físico obedece a alguna enfermedad, a la reacción ante ciertos tratamientos médicos o a la carencia de alguna sustancia en nuestro organismo (la falta de hierro está vinculada a la anemia y el agotamiento es uno de sus síntomas característicos).
No hay que pensar que el agotamiento o la extenuación es exclusivo de la actividad física intensa o de ciertas dolencias o patologías. De hecho, hay actividades mentales que también provocan un desgaste considerable. Cuando la mente humana está sometida a una situación de estrés o es necesario un periodo prolongado de concentración, se produce una especie de bloqueo mental, ya que no es posible continuar con el mismo grado de atención. Un ejemplo de agotamiento de la mente se produce en el ajedrez, donde los jugadores tienen que estar muy concentrados.
El agotamiento tiene, por último, otra versión, la de tipo emocional. Hay situaciones personales en las que sentimos un deterioro de nuestra emotividad. El agotamiento emocional puede estar originado por una relación amorosa dolorosa, por sentirnos humillados o acosados.
Mientras que el agotamiento físico o mental tiene una fácil solución (con un poco de descanso el organismo se recupera), el de tipo emocional es más complejo, ya que el restablecimiento puede ser lento e incluso se precise de alguna terapia para superarlo.