- 20/04/1889
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- 29/04/1945
- 30/04/1945
Nació en Braunau am Inn, Austria, perteneciente en aquel momento al Imperio Austrohúngaro, en el seno de un hogar numeroso. Su padre fue funcionario de aduanas y su madre campesina. Tres de sus hermanos murieron antes de llegar a la adultez. La familia sufrió de inestabilidad a razón de los vaivenes del jefe familiar por su adicción al alcohol.
No fue un buen estudiante, ni siquiera terminó la secundaria.
Pretendió ingresar a la Escuela de Bellas Artes de la ciudad de Viena, sin embargo, no fue admitido por sus escasísimas cualidades artísticas.
Se alistó como voluntario del ejército alemán, durante la Primera Guerra Mundial; alcanzó el grado de cabo.
Fue designado oficial de instrucción y se le encomendó la tarea de animar a los soldados a su cargo contra las ideas democráticas. Permaneció en el ejército por dos años más, y tras la derrota alemana regresó a Múnich.
Se integró al Partido Obrero Alemán, renombrado Partido Nacional Socialista Alemán de Trabajo (Partido Nazi), de tendencia nacionalista.
Fue elegido presidente del Partido Nazi y desde este rol superior promovió sus ideas racistas, antidemocráticas, y organizó grupos paramilitares que tenían la misión de amedrentar a los opositores al partido.
Emergió como una personalidad política sobresaliente gracias a sus dotes de orador convincente.
Protagonizó una rebelión contra la República de Weimar, en Múnich, en la cual se autoproclamó canciller; fue sofocada rápidamente, y terminó encarcelado.
Durante el cumplimiento de la pena de cinco años de cárcel escribió su autobiografía: Mi Lucha.
Fue liberado tras el dictamen de una amnistía generalizada.
Conquistó a los alemanes con un discurso nacionalista, en el que prometió construir una Alemania sólida y fuerte, crear más puestos laborales y devolverle a la nación el brillo y relevancia internacional perdidos.
Convenció a los alemanes que el crac del ’29 fue el resultado de la especulación de judíos y comunistas, a quienes despreciaba. Esta sumatoria de cuestiones le permitió reunir millones de votos para su partido, que pasó, en pocos años, a liderar el Reichstag.
Asumió el cargo de canciller luego de ser designado como tal por el presidente alemán.
Se autoproclamó Führer, máxima autoridad ejecutiva de Alemania, y abolió la figura presidencial.
En poco tiempo su gobierno asumió una impronta autoritaria e implacable con la oposición. Reemplazó los sindicatos por un frente de trabajo común dirigido por el gobierno y eliminó a todos los partidos políticos, excepto al suyo.
Sostuvo la dictadura a través de una variedad de efectivos recursos articulados entre sí: control absoluto de la economía, de los medios de comunicación, de todas las actividades culturales y de entretenimiento, supervisión de los opositores y de la ciudadanía en general a través de la policía secreta Gestapo, y los inhumanos campos de concentración, en los que se obligó a los detenidos a realizar trabajos forzados, se los torturó y asesinó.
La propaganda surtió el efecto planeado y los alemanes le brindaron su apoyo. Se erigió en el mandamás de Europa y promovió la idea de superioridad racial de los alemanes, que, como tales, contaban con el derecho de someter al resto de los pueblos.
Rearmó a Alemania, contradiciendo el Tratado de Versalles suscripto tras la Primera Guerra Mundial.
Inició una serie de incursiones militares con un claro propósito conquistador. Sometió varios territorios: Renania, anexó Austria y Checoslovaquia.
Comenzó la Segunda Guerra Mundial tras invadir Polonia. Continuó la acción militar sometiendo más países: Dinamarca, Noruega, Bélgica, Francia, Países Bajos; la única que pudo resistir gracias a sus fuerzas aéreas fue Gran Bretaña.
Su siguiente objetivo fue Rusia, y avanzó hacia él con la conquista de la península balcánica.
A la par desarrolló un sofisticado y cruel plan de exterminio de judíos en los campos de concentración.
Las fuerzas nazis llegaron hasta las puertas de Moscú, sin embargo, cuando parecía inevitable el sometimiento de los rusos, Estados Unidos, que se mantenía neutral en el conflicto, decidió unirse a las principales fuerzas aliadas: Francia y Gran Bretaña. El paso norteamericano fue el comienzo del fin de Hitler y compañía.
Se desbarató una conspiración para asesinarlo.
Las milicias aliadas avanzaron y rodearon Berlín.
Sus hombres de confianza se debatieron entre el compromiso con la causa y salvar su vida: Joseph Goebbels animó a los habitantes a defender la ciudad a como dé lugar, Hermann Göring, comandante en jefe de las fuerzas aéreas, pidió ser reconocido como el nuevo líder, y Heinrich Himmler, jefe de todas las fuerzas policiales, comenzó tratativas de rendición con los aliados; ordenó el arresto de los dos últimos.
Se casó con su pareja Eva Braun en una ceremonia casera.
Se suicidó de un disparo, en su bunker de Berlín, al verse acorralado; su mujer Eva tomó una pastilla de cianuro.