Definición de Adjetivos Calificativos y Relacionales ejemplos, y tipos

Los adjetivos calificativos tienen el trabajo de calificar, es decir, de otorgar cualidades al sustantivo al que determinan para particularizar su significado, aunque su función no se limita a calificar, sino que también pueden indicar estados o situaciones. Por ejemplo: mesa grande (cualidad), paciente enfermo (estado), pueblo lejano (situación). Por su parte, los adjetivos relacionales se diferencian de los calificativos por otorgar mayor y más compleja información sobre el sustantivo, es decir, mientras que los calificativos otorgan una sola cualidad o estado al nombre, los relacionales pueden expresar en una sola palabra varias propiedades conjuntas. Según Violeta Demonte, otra característica y/o distinción de este tipo de adjetivos es que no funcionan como atributos del sustantivo ni pueden entrar en estructuras comparativas.

El adjetivo es una categoría gramatical que brinda información adicional sobre un sustantivo, de modo que acorta su extensión, es decir, si se habla del sustantivo comida, entonces el adjetivo mexicana podrá delimitarlo al dejar de fuera otras cocinas como la argentina, la italiana o la francesa. El adjetivo presenta variaciones morfológicas de género y número, las cuales concuerdan con el sustantivo del que dependen, por lo que, si hablamos de una tarjeta blanca, el adjetivo blanca coincide en ser femenino y singular al igual que el sustantivo tarjeta; no sería gramaticalmente correcto hablar de una tarjeta blanco.

Ejemplos ilustrativos

Por ejemplo, los niños necesitan cursar una buena educación. En este caso, el adjetivo buena acompaña al sustantivo educación y es un calificativo puesto que habla de una sola cualidad, además es posible convertirlo en un atributo (la educación es buena) y también admite estructuras comparativas (mejor educación, peor educación).

Los niños necesitan cursar la educación primaria. En este caso, el adjetivo primaria acompaña al sustantivo educación y es un relacional dado que puede abarcar más de una propiedad al hacer referencia a un sistema o a la prioridad de ese tipo de educación, además, en este caso, resulta extraño convertirlo en un atributo (la educación es primaria) y no admite estructuras comparativas (educación más primaria o menos primaria).

Tipos de adjetivos calificativos: explicativos y especificativos

Adjetivos explicativos: también conocidos como “epítetos” son de valor ornamental dado que no aportan ninguna información novedosa, en esta categoría encontramos ejemplos como el cielo azul, la nieve blanca, el verde pasto. Por lo general, este tipo de construcciones no son muy comunes en el habla diaria, sino que se utilizan como recursos estilísticos para destacar o enfatizar la cualidad principal de algún sustantivo, por ejemplo, en la blanca nieve cubría los campos que alguna vez fueron verdes se utiliza el adjetivo blanca para reforzar la imagen de la nieve.

Adjetivos especificativos: agregan información sobre el sustantivo para distinguirlo de otros, por ejemplo, si un niño le pide a su mamá una flor azul, está excluyendo a todas las demás flores que no posean ese color y por lo tanto acorta la extensión de dicho sustantivo. También podría agregar más adjetivos como una flor azul pequeña, de forma que el sustantivo flor se concreta todavía más.

La posición del adjetivo

Básicamente, un adjetivo puede encontrarse antes o después del sustantivo al que concreta, su movilidad es amplia y es importante señalar que esa movilidad suele acompañarse de cambios en el significado de la frase nominal resultante. Según María Luisa Montero Curiel, los adjetivos que se anteponen al sustantivo son valorativos, mientras que los que se posponen resultan ser descriptivos y de relación o pertenencia, por ejemplo:

Nos veíamos bajo el árbol viejo sobre la otra calle. En este caso, el adjetivo viejo está después del sustantivo árbol, por lo que ofrece una descripción en la que se realza el objeto que es “el árbol” y simplemente se le agrega una característica para hablar de sus atributos y distinguirlo de otros posibles árboles.

Nos veíamos bajo el viejo árbol sobre la otra calle. En este caso, el adjetivo viejo está antes del sustantivo árbol, por lo que, a diferencia del caso anterior, se realza el adjetivo viejo para otorgar un juicio valorativo, es decir, se puede suponer que “el viejo árbol” hace referencia a un lugar conocido, incluso con cierto valor sentimental de añoranza o nostalgia.

Existen otros casos en los que la posición del adjetivo se encuentra fijada debido a que forma parte de estructuras ya hechas que se utilizan siempre de la misma manera y es posible encontrarlos tanto en anteposición como en posposición, algunos ejemplos serían: alta demanda (y no demanda alta), libre albedrío (y no albedrío libre) marea baja (y no baja marea), caso omiso (y no omiso caso).


Autor

Escrito por Marcelo Jesús Salazar Martínez para la Edición #105 de Enciclopedia Asigna, en 10/2021. Marcelo es licenciado en Lingüística y Literatura Hispánica, actualmente estudia la maestría en Literatura Hispanoamericana con PNCP en la BUAP y se especializa en narrativa fantástica hispanoamericana de los siglos XIX, XX y XXI.