Cuando los países y las sociedades del mundo entran en contacto unas con otras, algo que se da desde los principios de la Historia Humana, aparece un fenómeno muy interesante y digno de ser analizado: aquel que se conoce como aculturación. Este proceso implica ciertos beneficios o aspectos positivos pero también muchos problemas y perjuicios.
¿De qué hablamos cuando decimos ‘aculturación’?
Una manera de entender correctamente este término y su significado social nos lleva a explicar que cada sociedad posee una cultura, es decir un conjunto de prácticas y pautas mentales que se hacen visibles en la vestimenta, en las tradiciones, en la música, en las formas de expresión, en el idioma, en la historia. Estas prácticas son particulares y dependen tanto de agentes internos (los integrantes de una sociedad y su aporte a la cultura de la misma) como de factores externos (por ejemplo, el clima y los recursos disponibles).
Cuando entendemos que la cultura es particular y característica de cada comunidad, podremos entender mejor que la aculturación es aquel fenómeno que se da cuando una cultura se impone a la otra y los miembros de la cultura más débil terminan tomando como propios elementos, estilos de vida y pautas de otra comunidad.
La aculturación como un fenómeno espontáneo
Como todos los procesos humanos y sociales, el que aquí buscamos describir puede ser entendido a la luz de los mismos lazos sociales que naturalmente se dan entre una comunidad y otra. Así, por ejemplo, cuando un pueblo se dedica al comercio es muy probable que conozca estilos de vida distintos al propio y que pueda adquirir muchos de esos elementos sin siquiera proponérselo. Uno de los casos más visibles es el idioma o el sistema numérico, ambos fundamentales para establecer vínculos comerciales entre pueblos.
Pero a partir de allí otros aspectos como tradiciones gastronómicas, productos, alimentos, vestimenta, incluso creencias y arte pueden verse influidos por la presencia de nuevas pautas culturales. Esto es natural e inevitable cuando las sociedades rompen con su aislamiento inicial.
La aculturación como un problema
A pesar de todo lo dicho hasta aquí, debemos señalar que en la mayoría de los casos la aculturación es un fenómeno planeado y buscado por aquellos países o aquellas comunidades que poseen mayor poderío militar, político o económico y que desean imponer sus propios rasgos culturales a otras comunidades como una forma de dominio. Casualmente, este tipo de dominio (el cultural) es mucho más profundo y se enquista mucho más inconscientemente que cualquier forma de poder político y es por eso que muchas veces son las mismas personas quienes eligen las pautas culturales extranjeras o externas sin necesidad de que se las impongan. Esto supone en todos los casos una pérdida de la cultura original y propia y es lo que ha llevado en los últimos siglos a la paulatina pero constante desaparición de culturas milenarias e igual de interesantes que las dominantes.
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