Los activos y pasivos en la contabilidad de una empresa representan tanto los recursos disponibles como las deudas y obligaciones financieras que la institución debe atender. En cambio, los pasivos incluyen todas aquellas obligaciones financieras, comúnmente presentadas como deudas. Un aspecto crucial de estos elementos contables es que permiten financiar o poner en marcha las operaciones.
La implementación de procesos contables y administrativos es fundamental para el éxito de cualquier empresa, ya que garantiza una toma de decisiones informada, protegiendo así los intereses de la organización. Por esta razón, es esencial sistematizar estos procesos para que la información financiera esté al alcance de las personas interesadas, como inversionistas, empresarios, gerentes y directivos. De esta manera, ciertas terminologías contables relacionadas con la administración financiera nos permiten revelar, entender y analizar la situación económica real de la empresa.
Es importante destacar la relevancia de los activos y pasivos al analizar el patrimonio de una empresa o al comprender su estructura financiera. A continuación, profundizaremos en estos dos conceptos y su importancia en la gestión financiera.
Activos
Los activos de una empresa son todos aquellos recursos que la entidad comercial puede utilizar para generar beneficios, riqueza o utilidades.
Cuando ampliamos la perspectiva más allá de las cuentas de caja o el flujo de efectivo (incluyendo equivalentes de efectivo como cuentas bancarias), es más difícil dimensionar la capacidad de crecimiento monetario de la empresa. Por ello, es fundamental prestar atención a todos los recursos de los que dispone la organización, tanto tangibles como intangibles. Para ilustrar esto, consideremos una empresa de manufactura que emplea equipos y maquinaria para producir su producto principal. Aunque la venta de este equipo no es su actividad principal, dichos bienes forman parte de los activos de la empresa y pueden generar un beneficio en el futuro.
Esto nos lleva a la clasificación de los distintos tipos de activos en una empresa. Los «activos no corrientes» o «activos fijos» son aquellos que no se comercializan directamente, pero son esenciales para el funcionamiento de la empresa. En casos como el cierre o quiebra, estos activos pueden generar ingresos mediante su venta. Entre los activos fijos más comunes se encuentran terrenos, edificios, equipos de cómputo, maquinaria y vehículos. Cabe destacar que una característica principal de estos bienes es la depreciación, es decir, la disminución de su valor con el tiempo.
Pasivos
Un ejemplo de pasivos son las deudas con proveedores, que forman parte esencial de la cadena de suministro. Si una empresa no cumple con sus responsabilidades financieras hacia ellos, esto impactaría negativamente en sus operaciones principales.
Los pasivos de una empresa se dividen en dos categorías según el tiempo en que deben ser liquidados: pasivos a corto plazo (o pasivos corrientes) y pasivos a largo plazo (también llamados pasivos no corrientes). Estas obligaciones se reflejan en el estado financiero conocido como «balance general» o «balance de situación», proporcionando una visión clara de las deudas que la empresa debe atender en distintos periodos de tiempo.
Autor
Escrito por Nadia Sosa Hita para la Edición #141 de Enciclopedia Asigna, en 10/2024. Nadia es Licenciada en Finanzas, con título por la UACJ