Se denomina actividad física al proceso de ejecutar diversas ejercitaciones, generalmente de forma regular, para obtener una mejora de las condiciones de salud o de estética. La actividad física en sentido amplio está presente en un sinnúmero de actividades del hombre, pero en sentido estricto suele utilizarse especialmente cuando se la considera como un medio de mejora del organismo. Dicho proceso no es solo patrimonio de nuestra sociedad, sino que también estuvo presente en el pasado remoto; basta por ejemplo contemplar a los griegos de hace dos mil años, que realizaban con frecuencia ejercicios, dándole una enorme importancia al deporte.
La actividad física permite el incremento de las calorías que el cuerpo consume. Este gasto debe contemplarse tanto cuando se realiza ejercicio como cuando se descansa. En efecto, el cuerpo debe reponerse de estas actividades y para ello aumenta su consumo de calorías. En la actualidad, este hecho es especialmente importante para tener en cuenta si se considera que la obesidad se ha trasformado en un problema generalizado en las sociedades occidentales y que tiene su correlato con el patrón de vida sedentario que las personas tienen.
Cada persona debería tener un tipo de actividad física acorde con su estado de salud y a sus predisposiciones hereditarias. En algunas disciplinas se suele distinguir entre tres biotipos, tres tipos de estructuras corporales que dan cuenta de las distintas tendencias que se tienen en el orden de la ganancia de músculo o grasa. En palabras simples, algunos tendrán tendencia natural a perder peso, otros ganar grasa y finalmente habrá quien sume músculo con facilidad. Dadas estas tendencias naturales, cada cual deberá seguir un ejercicio acorde.
Existe en la actualidad una contradicción manifiesta entre una tendencia en la población a volverse obesa y una obsesión por la delgadez. En este sentido debe comprenderse que la actividad física debe desarrollarse de la forma más natural posible, realizando aquellas tareas que más nos motivan se obtendrán resultados más que suficientes. Así, hacer algún deporte con amigos, mantenerse activo y cuidar el exceso de comida chatarra suele ser suficiente para la mayoría de las personas.
De todas las mejoras que la actividad física genera quizá las más importantes sean las mejoras en el aspecto psicológico. En efecto, la actividad física regular aumenta la autoestima de manera considerable, aumentando a su vez el interés por realizar otras actividades. Esto se debe principalmente a la liberación de endorfinas que el ejercicio acarrea.