Se denomina actitud a una determinado postura o a una determinada disposición emocional ante un tema específico. De algún modo remite al modo en que se toma o se evalúa una determinada circunstancia desde el punto de vista psíquico. En efecto, una actitud en general remite a una disposición psicológica con relación a un evento que se manifiesta en distintas acciones concretas. Desde esta perspectiva puede decirse que existen buenas o malas actitudes, en la medida en que sirven a un individuo concreto para adaptarse mejor frente al mundo exterior, frente a los diversos sucesos de la vida cotidiana a los que ese individuo está expuesto.
Constantemente estamos teniendo actitudes hacia distintas circunstancias de la existencia y puede hablarse sin lugar a dudas de una actitud genérica o subyacente a todo nuestro ser, circunstancia que tarde o temprano se reflejará en nuestro comportamiento.
Desde el punto de vista psicológico, la actitud es uno de los fenómenos más estudiados. En efecto, la experiencia nos indica que las personas pueden tener una reacción distinta ante el mismo suceso. Esto se explica fundamentalmente por el modo en que ambas tienen de procesar a este evento, por la forma de tomarlo y medir sus consecuencias a futuro. En algunas ocasiones, una circunstancia desafortunada puede significar que alguien se suma en una depresión profunda que solo pueda superarse luego de muchos años, mientras que en otras ocasiones este tipo de circunstancias pueden servir de motivación. Todo este tipo de posibilidades están en buena medida relacionadas con la actitud que la persona sepa tener en su fuero íntimo.
Lo expuesto nos lleva a precisar el concepto de actitud en una disposición mental con respecto a los sucesos que una persona experimenta en la vida. Este tipo de circunstancia propicia que la mente funcione procesando la información que proviene del exterior de un modo particular, haciendo que estos eventos se evalúen de un modo positivo o negativo. De algún modo puede decirse que este tipo de circunstancia se debe al hecho de que en una persona sana, cualquier hecho o circunstancia tiene algo que aportar; esto es asimilado por el aparto psíquico, mientras que se descartan los aspectos que carezcan de aporte.
Las personas deberían tomar una actitud más consciente al respecto de las actitudes que manifiestan en sus vidas. Estas sin lugar a dudas pueden tener consecuencias más profundas de lo que en un primer momento podría pensarse.