Biografía de Abdón Calderón

Nació en la ciudad de Cuenca, en el seno de una familia prestigiosa del lugar. Fue hijo del coronel cubano Francisco Calderón, funcionario en las Cajas Reales, y de Manuela Garaycoa, oriunda de Guayaquil, e integrante de una próspera familia del puerto.

Tuvo una hermana, Baltazara, dos años menor, quien se casó con Vicente Rocafuerte, segundo presidente de la República de Ecuador, y por tanto desplegó el rol de primera dama entre los años 1834 y 1839.

Su padre fue fusilado por encargo del jefe realista Melchor de Aymerich. Todos los bienes materiales de la familia fueron incautados y tuvieron que asentarse en la ciudad de Guayaquil.

La intervención de su padre en la guerra de la independencia, a favor de la causa de la emancipación de España, lo marcó para siempre y entonces decidió continuar ese legado que el asesinato de este no pudo completar.

Quedó huérfano y se alistó en el batallón de voluntarios patriotas. Tenía 16 años por aquel entonces, y había estallado la Revolución del 9 de octubre en Guayaquil.

Participó en numerosos combates como subteniente: Primer Huachi, Camino Real, Cone, Tanizagua, entre otros.

Fue ascendido a teniente por el General Antonio José de Sucre, a quien acompañó en Huachi.

Intervino en la Batalla del Pichincha, en las faldas del volcán, justamente. Recibió 4 heridas mortales en combate y en el informe posterior sobre su desempeño, el general Sucre, destacó su heroísmo.

Cabe destacarse que, la Batalla del Pichincha, fue un combate crucial en la guerra por la independencia de Ecuador. La victoria fue para los patriotas y permitió la toma de Quito.

Falleció por las consecuencias de las heridas que recibió en la batalla del Pichincha. Tenía 17 años.

Durante muchos años se creyó que murió en pleno combate, el 24 de mayo de 1822, más precisamente, sin embargo, investigaciones posteriores demostraron lo contrario.

En los planes de estudio de historia, de las escuelas ecuatorianas, se difundió durante largo tiempo que, en la Batalla del Pichincha, demostró una notable valentía y resistencia, porque a pesar de haber sido mal herido en varias oportunidades, se negó a dejar su lugar en el campo de batalla. Las heridas, según contaron sus compañeros, fueron graves, pero él las soportó y siguió peleando hasta que se le fue la vida.

Fue herido primero en un brazo, luego en el otro; tras esos impactos, recibió otro en una pierna y el cuarto tiro en la otra pierna, mientras tanto, tomó la bandera celeste y blanca de su patria entre sus dientes para que flamee, en clara alusión a la autonomía que defendió y se avecinaba…

La historia fue modificada con la intención de engrandecer aún más su genio y figura, pero no fue exactamente eso lo que sucedió.

Fue ascendido a capitán por Simón Bolívar, en un claro homenaje por sus valientes servicios prestados a la causa de la emancipación.

Se publicó el libro Leyendas del tiempo heroico, que resultó un éxito en su tiempo y que fomentó aún más su perfil patriótico y heroico. Escrito por Manuel J. Calle, tuvo la misión de animar la actitud cívica en los niños, y en orden a cumplir ese objetivo, se exageraron y sobreactuaron algunas cuestiones inherentes a su desempeño en la batalla del Pichincha.

En ese texto, se publicó, erróneamente, que falleció el 24 de mayo de 1822, el día que sucedió dicha batalla, y entonces se lo tomó durante mucho tiempo como tal, pero lo cierto es murió 14 días después.

El relato épico de Calle se enseñó en las escuelas de Ecuador durante todo el siglo XX.