Se llama epicureísmo a aquel sistema filosófico que postula la búsqueda de una vida feliz y plena a través de la administración inteligente tanto de placeres como de dolores y del fortalecimiento de los vínculos amistosos entre los seguidores.
Ahora bien, el placer no debe limitarse en el cuerpo sino que debería ser intelectual también ya que el hombre es un todo.
Mientras tanto, esta particular doctrina sostenía que la presencia del placer es un sinónimo de ausencia de dolor o de cualquier otro tipo de aflicción.
Su creador fue el filósofo griego Epicuro de Samos, quien incluso fundaría una academia, el Jardín.
Más tarde, su pensamiento fue seguido y difundido por otros filósofos.
En tanto, Zenón de Sidón, personaje que ocupa esta reseña fue uno de los grandes defensores y difusores de la filosofía epicureista y por tanto reivindicó todos los postulados que esta supo sostener…
Entre ellos por ejemplo que los placeres y los sufrimientos son ambos el resultado de la realización o de la imposibilidad de los apetitos, siendo éstos de tres clases: naturales y necesarios (alimento, abrigo, seguridad), naturales y no necesarios (sexo e interacción) y ni naturales ni necesarios (poder, fama y prestigio).
Y con respecto a los placeres se distinguían dos tipos: los placeres del cuerpo (los considera los más importantes, sin embargo, se destacan por ser efímeros) y por otra parte los placeres del alma (son superiores a los anteriores y por caso son más largos y son capaces de eliminar los dolores corporales).
Inmediatamente después de su propuesta y hasta varios siglos después de la muerte de su creador el epicureísmo supo mantenerse vigente, en tanto, ante la impronta del cristianismo que no lograba adaptarla a muchas de sus doctrinas se escurrió hasta prácticamente desaparecer quedando obviamente su historia.
Respecto de Zenón hay pocas precisiones sobre su vida, se cree que vivió en el siglo I A.C. y fue contemporáneo del jurista y orador romano Cicerón.
Se lo ha reconocido en la historia como Zenón de Sidón por su origen, ya que nació en la ciudad de Sidón, que en la actualidad resulta ser la tercera ciudad más importante del Líbano.
Situada en la costa del Mediterráneo, está a unos 50 km. de la capital Beirut.