Los vikingos fueron antiguos exploradores, comerciantes y guerreros originarios de la región nórdica que vivieron aproximadamente desde el siglo VIII hasta el siglo XI. La popularidad de este pueblo se basó en su espíritu aventurero y en su habilidad para navegar en sus característicos barcos llamados “drakkars”. Si bien los vikingos fueron reconocidos como saqueadores y guerreros, es de destacar que también poseían una cultura desarrollada que contaba con sus propias creencias religiosas, mitologías, sistemas de gobierno y manifestaciones artísticas. Asimismo, los vikingos construyeron asentamientos, granjas y ciudades, a la vez que se caracterizaron por sus habilidades en el trabajo artesanal, como la orfebrería y la carpintería.
Historia
La era vikinga abarcó desde finales del siglo VIII hasta el siglo XI. En un principio, estos pueblos nórdicos, provenientes de Escandinavia, iniciaron como saqueadores, atacando monasterios y pueblos costeros para obtener tesoros y esclavos. Con el tiempo, comenzaron a establecer asentamientos permanentes en diversas regiones, incluyendo Europa Occidental, las Islas Británicas, Islandia, Groenlandia y posiblemente América del Norte. Uno de los asentamientos más importantes fue el establecido en Normandía (actual Francia), el cual estaba liderado por el vikingo Rollo.
En este contexto, gracias a la importante red comercial que conectaba Escandinavia con el resto del mundo, la influencia de los vikingos se extendió ampliamente. Sin embargo, para el siglo XI, los vikingos desaparecieron como entidad política y cultural. Esto fue así debido a que, a medida que Europa se fue convirtiendo al cristianismo, los vikingos también se vieron influenciados por esta religión y muchos de ellos abandonaron sus creencias paganas, resultando en cambios culturales que los integraron más en las sociedades europeas. Asimismo, a medida que los reinos europeos se fortalecieron y establecieron gobiernos más centralizados, se volvieron más capaces de resistir a los ataques vikingos, lo cual dificultó sus actividades saqueadoras y expansionistas. Finalmente, los vikingos también experimentaron luchas internas por el poder que debilitaron su cohesión y su capacidad para llevar a cabo las conquistas.
Características
Los vikingos constituyeron un pueblo que se destacó en la historia por sus características particulares. En primer lugar, eran una sociedad guerrera que estaba altamente organizada en valores como la lealtad, el honor y el coraje en la batalla. Así, los hombres vikingos recibían una educación militar desde una edad temprana y eran criados para convertirse en guerreros. De esta forma, eran expertos en el uso de espadas, hachas, lanzas y arcos, y su destreza en la guerra los hacía temidos por sus oponentes.
En cuanto al orden social, los vikingos estaban organizados en clanes, conocidos como «jarls», que eran liderados por jefes poderosos. Así, se esperaba de los hombres vikingos que defendieran a sus clanes y familias. En cuanto a las mujeres, también tenían roles importantes y disfrutaban de ciertos derechos, en comparación con otras sociedades de la época, ya que podían poseer propiedades, heredar tierras, divorciarse y participar en actividades comerciales.
Otra característica distintiva de los vikingos fue su religión ya que eran politeístas, es decir que adoraban a una variedad de dioses, entre los cuales se encontraban Odín, dios de la guerra y la sabiduría, Thor, dios del trueno y la fuerza, y Freyja, diosa del amor y la fertilidad. Asimismo, creían en la vida después de la muerte, practicaban sacrificios para ganarse el favor de los dioses y consideraban que existía un sitio, llamado Valhalla, al que solo los guerreros muertos en batalla podían acceder.
Por otro lado, los vikingos eran hábiles navegantes y se destacaban por su destreza en la construcción de barcos. Utilizando sus barcos de guerra conocidos como «drakkars», que poseían una quilla plana y remos en ambos lados, los vikingos pudieron navegar por ríos y mares, incluyendo aguas peligrosas, como el Mar del Norte. Asimismo, los vikingos eran conocidos por sus habilidades comerciales ya que establecieron una amplia red de intercambio de bienes como pieles, marfil, ámbar y esclavos, lo que contribuyó al desarrollo económico de las regiones en las que se asentaron.
Finalmente, los vikingos dejaron una huella duradera en la cultura y la lengua de las regiones que conquistaron. De hecho, muchas palabras en inglés y en otros idiomas europeos tienen su origen en el antiguo nórdico. Además, las sagas y las leyendas vikingas, que narraban sus hazañas, han influido en la literatura y el folclore de los países escandinavos hasta el día de hoy.
Bibliografía de referencia:
Whittock, H. y Whittock, M. (2019) “Los vikingos: de Odín a Cristo”. Madrid: Ediciones Rialp.