El vandalismo es una práctica consistente en destruir bienes ubicados en la vía pública. Es castigado por las leyes por afectar propiedad pública y privada, circunstancia que no disminuye por cierto el número de casos. El vandalismo también puede referirse a pinturas inoportunas que se realizan sobre vehículos, paredes o letreros de señalización. Este tipo de comportamiento está principalmente relacionado con las ciudades, lugares con una gran densidad poblacional. En algunas ocasiones, el vandalismo se lleva a cabo en el anonimato, pero en otras se relaciona con grandes manifestaciones públicas, manifestaciones que terminan en incidentes que tienen un correlato en la destrucción de bienes ubicados en la calle.
Vandalismo, Ayer y Hoy
El término “vandalismo” viene de un pueblo de la antigüedad, los denominados vándalos. Los mismos se caracterizaron por realizar destrozos y saqueos en su paso por distintos territorios. Así, participaron de distintos ataques a las posesiones romanas de la antigüedad. Durante el tiempo en que acaecieron estos acontecimientos el cristianismo ya se había establecido en Roma; los vándalos profesaban el arrianismo, disciplina que establecía que Cristo era hijo de Dios, pero no Dios mismo; esta creencia encontró el rechazo de la corriente mayoritaria del cristianismo, que la declaró herejía, estableciendo una disputa entre los vándalos y el resto del cristianismo. De esta manera, los vándalos tenían pocos escrúpulos a la hora de atacar posesiones romanas, hecho que los inmortalizó como generadores de destrozos.
Hoy en día, el vandalismo se entiende como un fenómeno que implica la afectación de elementos presentes en la vía pública, afectación que por lo general carece de motivaciones racionales. Así, cuando se hace referencia a vandalismo en nuestros días se hace referencia a distintas pérdidas de bienes ajenos. El vandalismo en este sentido puede llegar a constituirse como una fuente de pérdidas económicas significativas para comerciantes y para el estado en circunstancias en las que se extiende significativamente.
Suelen existir cámaras de video que se distribuyen en puntos estratégicos de las ciudades para detectar hechos de estas características. Por otro lado, distintos edificios de tipo privado en lugares céntricos también suelen tener cámaras filmando tanto el interior como el exterior. De esta manera, existe una forma sencilla de poder tomar acciones frente a hechos de esta naturaleza. No obstante, siempre existirá una porción de la vía pública sin cubrir, sobre todo en zonas alejadas o periféricas, lugares en donde el vandalismo podría tener lugar sin que se puedan tomar cartas en el asunto.