Tiradentes es el seudónimo con el cual se lo popularizó a Joaquim José da Silva Xavier, un dentista y también político portugués que se haría famoso por ser uno de los pioneros en proponer y luchar por la independencia de Brasil respecto de Portugal. Literalmente su sobrenombre en el idioma portugués refiere saca muelas, algo que por supuesto Joaquim practicaba con asiduidad como consecuencia de una de sus actividades profesionales, la de odontólogo. También se sabe que se desempeñó como minero, comerciante y militar.
Tiradentes nació en Minas Gerais, Brasil, un 16 de agosto del año 1746. Su padre era terrateniente y cuando Tiradentes tenía alrededor de diez años fallecieron ambos progenitores. A partir de ese entonces, su padrino, quien era cirujano, ejerció su tutela.
Su trabajo como minero le aportaría grandes conocimientos en materia de terrenos y entonces tras alistarse en el ejército recibe el nombramiento real de la Reina portuguesa María I para ser comandante de una patrulla que trasladaba oro y otras riquezas hasta la ciudad de Rio de Janeiro.
Desde este puesto conoció y confirmó el increíble robo de riquezas perpetrado por el reino de Portugal y que sumían a la población colonial en una rotunda pobreza.
Por otra parte, la imposibilidad de ascender en el escalafón militar, ya que los cargos más altos estaban reservados únicamente a los nacidos en Portugal, hicieron nacer en Tiradentes un afán liberador e independentista respecto de Portugal que poco a poco haría diseminar y extender entre sus compatriotas.
Las arengas anti portuguesas de Tiradentes sumado al descontento que generaban los altísimos impuestos que imponía el gobierno central hicieron que el pueblo se levantase en su contra. Sin embargo, cuando la semilla de la revolución ya estaba instalada y prendida, los portugueses tuvieron noticia de ello y consiguieron sofocar la revuelta a cambio de un perdón tributario.
Por supuesto Tiradentes fue delatado ante las autoridades y condenado a muerte tras un largo proceso en su contra, el 21 de abril del año 1792.
Si bien durante la dominación de Portugal, Tiradentes, fue considerado un personaje oscuro para la política, cuando llegó la república se limpió su imagen y se lo revalorizó como héroe de la independencia.
Hoy incluso se lo considera Patrón Cívico de Brasil y el día de su muerte se instauró su festividad.