En una actualidad donde gran parte de lo que sucede nace, está asociado, o se replica al instante en las redes sociales causó un enorme estupor la noticia del violento asesinato de Tara Fares, una de sus totems y referentes, de tan solo 22 años.
Su asesinato fue ciertamente brutal: recibió dos tiros en la cabeza y otro en el pecho por parte de dos motociclistas que se acercaron al automóvil Porsche que conducía.
Hasta el 27 de septiembre de 2018, cuando fue brutalmente baleada en una calle de Bagdad, la capital iraquí, trabajaba como modelo y artista televisiva, y se había ganado en buena hora el mote de influencer por sus más de dos millones de seguidores en Instagram, una de las redes sociales preferidas por los más jóvenes como ella, y otros tantos de miles en su canal de YouTube
Paradójicamente, el día anterior a su deceso había sido una vez más noticia de tapa en su país por haberse convertido en la persona con mayor cantidad de seguidores en internet.
Dueña de una belleza deslumbrante, había nacido en el año 1996 y tenía ascendencia libanesa e Iraquí por sus padres.
Su actividad en las redes era frenética y oscilaba entre tips de moda y maquillaje, imágenes de los viajes que realizaba, y la exhibición de sus variados tatuajes
También era la cara recurrente de diferentes marcas comerciales.
Su salto a la fama ocurrió en el año 2014 cuando llegó a la final del certamen de belleza Miss Bagdad organizado en su país.
También salió escolta en el concurso de Miss Irak.
El crimen suscitó una impresionante cantidad de debates y comentarios en las redes sociales, lo que más se escuchó fue la indignación de muchos usuarios señalando que su muerte está asociada al estilo de vida bien occidental que llevaba, y del que hacía alarde, y que por supuesto contrasta absolutamente con la ultraconservadora sociedad iraquí
La principal hipótesis que circula es que su asesinato está asociado a su alto perfil y exposición, algo que está vedado a las mujeres iraquíes.
Las autoridades policiales y gubernamentales de Irak aseguraron destinar todos los recursos para atrapar a los agresores y castigarlos duramente.
De todos modos, ha despertado enorme inquietud que el caso de Tara no ha sido el único en los últimos meses sino que se suma al de otras dos mujeres también vinculadas al mundo del modelaje y la estética: la cirujana plástica conocida como la Barbie iraquí, y la propietaria de un centro de belleza en Bagdad, ambas aparecidas muertas en sus casas (*en agosto 2018)
La realidad no para de demostrar que en los últimos años las mujeres que osaron rebelarse contra el status quo que la sociedad iraquí les impone, fueron cruelmente reprimidas con la muerte, hecho ciertamente inaceptable en tiempos donde causas como el #metoo y #niunamenos recorren y suman miles de adhesiones en el mundo entero.