Svetlana Aleksievich es una reconocida autora y periodista bielorrusa, considerada en la actualidad la referente de la literatura en lengua rusa.
La fama de la autora se acrecentó mundialmente cuando en el 2015 la academia sueca la galardonó con el premio más codiciado para los literatos como es el Premio Nobel en la categoría de literatura
Svetlana nació en mayo del año 1948 en la llamada por aquel tiempo Ucrania Soviética, estado parte de la ex Unión Soviética (1922-1991), y que justamente en la década del noventa se convertiría en el estado independiente de Bielorrusia.
Se graduó como periodista en la Universidad de Minsk y así es que en sus primeros años profesionales se dedicó repartidamente a la enseñanza, la escritura de cuentos y ensayos y al periodismo
La obra literaria de Aleksievich se destaca por la singularidad ya que combina originalmente sus dos pasiones: la literatura y el periodismo, logrando piezas con rico contenido en materia de testimonios en primera persona por parte de los protagonistas de los temas abordados pero sin dejar de lado la impronta que distingue a cualquier obra literaria.
Ha abordado temáticas duras de la historia como ser: la Segunda Guerra Mundial desde el testimonio de las mujeres rusas que intervinieron en dicho conflicto bélico (La guerra no tiene rostro de mujer); también abordó la guerra de Afganistán a partir de diálogos directos con las madres de soldados soviéticos que participaron en ella (Los muchachos d Zinc); y no podemos soslayar su obra más aclamada, Voces de Chernóbil, que data del año 1997, y que reúne una nutrida información sobre la tragedia de Chernóbil que procede de testigos directos de la misma, entre los que se cuentan personal que intervino en el drama y víctimas
A mediados de la década del ochenta, Ucrania, vivió a través de Chernóbil su máxima tragedia de la historia al estallar una central nuclear.
Y por supuesto no podía faltar en su obra su mirada sobre la caída de la Unión Soviética.
Y fueron justamente estas obras que contienen historias tan dramáticas de nuestro tiempo, contadas en primera persona, las que captaron la admiración de la Academia Sueca que decidió en 2015 premiarla con el Nobel de Literatura.
En el año 2000, Svetlana, decidió emigrar de su patria como consecuencia de la censura y las intimidaciones que sufrió por parte del gobierno de Aleksandr Lukashenko, quien se encuentra ejerciendo el poder desde 1994, y a quien Svetlana ha tildado de autoritario.