Entendido como una de las formas más extremas de sufrimiento, el suplicio es en realidad un proceso que implica una larga exposición al dolor y a la tortura en muchas ocasiones. Más allá de lo que ocurre en cada caso, el concepto es muchas veces utilizado en forma metafórica o en sentido figurado, cuando alguien pasa por una situación incómoda aunque la misma no implique necesariamente un gran sufrimiento.
Suplicio: explicación del término y análisis
La explicación etimológica del término suplicio es compleja y aún hay varias divergencias sobre su origen. En general, se acepta la acepción que establece que suplicio es una palabra de origen latino, supplicis que significa suplicante. Así, el suplicio se relaciona con el acto de suplicar, de estar en una situación de debilidad. En otros sentidos el término se vincula con aspectos religiosos como por ejemplo las ofrendas, sacrificios y entregas a algún dios.
El suplicio como forma de sufrimiento en la vida cotidiana
Luego de entender la explicación etimológica detrás del concepto, podemos hablar del suplicio básicamente como un hecho que puede formar parte de la vida de una persona bajo determinadas circunstancias. En algunos casos, la realidad en ciertas regiones del planeta puede convertirse en un suplicio debido a la ausencia de derechos y de calidad de vida.
Este suplicio cotidiano significa que la persona no puede progresar ni mejorar su calidad de vida, que debe permanentemente encontrarse rodeada por obstáculos y sufrir por no poder salir adelante, además de verse expuesta a un sinfín de problemas. El suplicio en este sentido es invisible pero está presente todo el tiempo y se vuelve casi totalmente crónico porque depende no solamente de decisiones de la persona sino de circunstancias más amplias y diversas coyunturas macro.
El suplicio como forma de abuso y ejercicio de violencia
La complejidad del ser humano nos obliga a hablar también del suplicio como una forma específica de ejercer violencia y abusos por parte de una persona o grupo de personas sobre otras. En este sentido, el suplicio se hace mucho más patente que en el caso anterior y hablamos entonces de un sufrimiento palpable que puede hacerse presente a través de la violencia física, la tortura, el abuso, etc.
Si bien esta forma de suplicio también puede transformarse en algo crónico (por ejemplo, cuando un niño es expuesto a abusos de adultos por largo tiempo), aquí no hablamos de algo difícil de visualizar porque muchas veces el sufrimiento físico deja marcas corporales e incluso también trastornos mentales serios.
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