Existen muchos momentos en los que los precios presentan variaciones, las cuales dependen de fenómenos como la inflación o de variables como las tasas de interés. Dentro de estas fluctuaciones, hay una diferencia recurrente en los precios dentro del mercado cuando se oferta o demanda un bien o servicio; esta desigualdad se conoce como spread. Esta variación es particularmente notoria en los mercados financieros, donde afecta los activos y valores que las empresas ponen a la venta para su financiamiento. El mercado funciona de la siguiente manera: un bien o activo tiene un precio de demanda determinado por lo que los consumidores están dispuestos a pagar, mientras que el precio de oferta es fijado por la empresa, basado en sus costos. Si la demanda no es suficientemente alta, el precio no varía, y el oferente puede aceptar la venta del bien o activo sin dificultad.
En términos financieros, el precio de demanda se conoce como bid y el de oferta como ask. Los brokers, accionistas y demás actores en este entorno los identifican fácilmente. El spread, o la diferencia entre ambos precios, se considera un costo incluido en las transacciones y, en muchos casos, representa una ganancia para los brokers o intermediarios. Aunque a veces el spread es mínimo, en grandes volúmenes de transacciones puede generar montos considerables.
Calcular el spread es sencillo: basta con restar el precio de demanda al de oferta. Por ejemplo, si el bid de una acción es 1526 y el ask es 1530, la operación sería 1530 – 1526 = 4. Estos resultados pueden ser amplios o ajustados, y sirven para que los inversionistas tomen decisiones sobre sus posibles rendimientos a lo largo del tiempo.
Volatilidad en los precios y características del spread
El spread también permite evaluar la liquidez de las acciones. Precios ajustados con baja volatilidad suelen ser más atractivos para los inversionistas, ya que ofrecen cierta estabilidad y la posibilidad de obtener buenos rendimientos mientras se mantengan en ese nivel. Por el contrario, cuando hay alta volatilidad, el spread se incrementa, volviéndose menos atractivo debido a la continua fluctuación en los precios de demanda.
Los análisis de los especialistas en el mercado financiero identifican situaciones que ajustan y amplían los spread. Por ejemplo, cuando el volumen de venta es elevado, los precios de oferta suelen ser altos, lo que beneficia a los oferentes pero rara vez resulta favorable para los compradores.
Una estrategia conocida es el spread mariposa, que consiste en aprovechar la cotización de activos cuando estos tienen un precio bajo estable, esperando que suban para beneficiarse de la diferencia. Se llama mariposa porque se espera que el precio «vuele» al alza, aunque se trata de una estrategia de alto riesgo por basarse en estimaciones.
Aplicación
Existen varias modalidades de mercados financieros que se establecen a partir de la oferta y un manejo creativo del spread. Un ejemplo es el mercado de opciones, tanto de activos como de divisas (FX), donde se llegan a acuerdos entre varios agentes para comprar o vender a un precio determinado en una fecha futura establecida. En este tipo de mercado, se combinan spreads para que todos los participantes obtengan beneficios.
En los mercados de futuros se firman contratos con características similares a los del mercado de opciones, con la diferencia de que en estos se fijan cantidades específicas de activos o bienes. El spread en este caso se determina por la diferencia entre dos precios futuros, y los contratos tienen un vencimiento para evitar posibles pérdidas debido a la volatilidad.