La palabra soliloquio, que viene del latín soliloquium, significa hablar solo. Así, un soliloquio viene a ser lo mismo que un monólogo.
El acto de hablar solo, el soliloquio, puede entenderse de varias maneras: como una reflexión en voz alta con algún objetivo (por ejemplo, para desahogarse emocionalmente o para practicar un discurso) o bien como una reflexión interior en la que el orador no pronuncia palabras sino que elabora un discurso mental. En cualquiera caso, en un soliloquio hay un componente reflexivo.
En el soliloquio el emisor y el receptor del mensaje son la misma persona, pues se trata de una acción solitaria. Sin embargo, cuando el soliloquio se traslada a un escenario teatral, se introduce una variante: el personaje habla como si estuviera solo pero en realidad se encuentra ante un público que le contempla y escucha.
El soliloquio como recurso teatral
En los distintos géneros teatrales, los espectadores observan a varios actores que dialogan entre sí y escenifican una trama determinada, que puede ser una comedia, un drama o una tragedia. En algunas ocasiones el dramaturgo quiere que el espectador conozca los pensamientos íntimos de los personajes y para ello recurre al soliloquio. De esta manera, es posible acceder a la mente del personaje, pues éste comunica en solitario cuáles son sus pensamientos.
En la historia del teatro encontramos célebres soliloquios, como el del personaje de Hamlet en la obra con el mismo nombre o el del personaje de Calderón de la Barca (Segismundo) en su obra dramática «La vida es sueño».
Distinción entre soliloquio y monólogo
Si bien ambos términos son muy semejantes y suelen emplearse como sinónimos, no expresan exactamente la misma idea. En el monólogo la persona o el personaje que habla se dirige a alguien, el público. En cambio, en el soliloquio, puede haber un público, pero en su escenificación se recrea la situación de tal forma que es como si el público no estuviera presente. De esta manera, el soliloquio pretende ser un parlamento más sincero, pues el hablante se encuentra solo o finge que está solo, tal y como sucede en el teatro.
El soliloquio desde la perspectiva de la psicología
Si una persona tiene la costumbre de hablar a solas, esta conducta puede explicarse de dos maneras:
1) tiene algún tipo de trastorno (esto es lo que sucede en algunos casos de esquizofrenia) o
2) es alguien que se encuentra aislado y necesita expresar unas ideas en voz alta. Por otra parte, no hay que olvidar que los soliloquios son bastante frecuentes entre los niños, especialmente en la etapa de la aparición del lenguaje.