El sentido común es esa capacidad humana para tomar decisiones valorando qué es lo correcto en cada caso. Es decir, en nuestra vida cotidiana no hacemos hipótesis científicas en cada situación, no contamos con estudios matemáticos para establecer conclusiones ante hechos determinados. Sin embargo, tenemos un sentido común que incluso es importante en la ciencia.
Sabiduría popular
El sentido común es aquel criterio que damos por supuesto puesto que se fundamenta en la experiencia social. Es una vivencia de prudencia. Por ejemplo, el sentido común te lleva a tomar decisiones que están respaldadas por tu propia experiencia personal y por el aprendizaje que has obtenido con los años.
Así como también se fundamenta en la observación del entorno.
En muchos casos, el propio sentido común también se ha normativizado legalmente. Es decir, las normas también son un reflejo del propio criterio racional de lo que implica el bien común. Por ejemplo, el sentido común de que el conductor no debe conducir si ha tomado alcohol, también está respaldado legalmente.
El sentido común también es ese sentido tan instintivo que lleva a los padres proteger a sus hijos enseñándoles desde pequeños que no deben confiar en los desconocidos.
Y sin embargo, también es cierto que este sentido común se rompe constantemente. Así ocurre, concretamente, cuando una persona rompe tus expectativas porque en una situación concreta actúa de un modo que rompe completamente con aquello que tú consideras que es sentido común. Es decir, con cómo crees que tú hubieses obrado en esta situación.
De hecho, por este punto en concreto nace la paradoja de considerar que, en ocasiones, el sentido común también se puede definir como el menos común de todos los sentidos que tiene el ser humano. Es decir, es un sentido totalmente personal y propio.
Antropología social y cultural
Y en cierto modo, este sentido común también está condicionado por el contexto social y cultural del que forma parte la persona, es decir, por los valores que ha interiorizado como correctos. Por tanto, la cultura también es la base del sentido común.
Desde esta perspectiva, aquello que es coherente en una sociedad con una cultura determinada, puede romper con los límites de la prudencia en un grupo cultural diferente. Por tanto, el sentido común no es universal sino relativo al propio entorno en el que ha vivido el sujeto.
Imagen: Fotolia. Barry Barnes