San Francisco Javier destacó en la historia y se convirtió en Santo de la Iglesia Católica por la labor religioso misionera que desplegó en el siglo XVI a instancias de la Compañía de Jesús. Francisco de Javier o Francés de Jasso, como también se lo designa, ha cobrado notoriedad en las últimas horas porque habría sido una de las inspiraciones del nuevo Papa Francisco a la hora de escoger su denominación papal.
Recordemos que el ex cardenal argentino Jorge Bergoglio, erigido el 13 de marzo de 2013 como Papa, pertenece a la orden Jesuita de la cual también formó parte este santo.
Francisco de Jasso Azpilcueta Atondo y Aznares de Javier, nació el 7 de abril del año 1506, en el Reino de Navarra donde su padre se desempeñaba como presidente del Real Consejo de los Reyes de Navarra.
Su infancia estuvo signada por enfrentamientos bélicos que terminaron con la pérdida de la autonomía del reino en el que nació.
Incluso, sus hermanos participaron de la lucha y su casa fue destruida por haber sido centro de las reuniones de resistencia.
Hacia el año 1524 surge en él la inquietud religiosa y entonces se dirige a París a estudiar.
En esta ciudad conocería a quien sería un íntimo amigo y tiempo después fundador de la orden jesuita, San Ignacio de Loyola, y asimismo tiene lugar el nacimiento de la idea de la fundación de la Compañía de Jesús.
En 1534 terminan los estudios e inmediatamente se prometen dedicarse a la caridad, viajar juntos a la tierra prometida y cumplir un voto de castidad.
Unos años después vuelven a reunirse y visitarán al Papa Paulo III para pedirle su autorización para la orden, la cual obtendrán unos años más tarde.
En 1540 emprende el camino de misionero que lo destacará y lo inmortalizará en las grandes páginas de la historia de la Iglesia Católica, y claro en las de su orden también.
Su actividad misional se centró especialmente en el oriente, por caso se lo conoce también como Apóstol de las Indias, y se caracterizó por su intensidad y su lucha, especialmente, en lo que respecta a la defensa de las minorías maltratadas tal era el caso de los negros.
Falleció joven, a la edad de 46 años, en China, un 3 de diciembre del año 1522.
En el año 1622, el Papa Gregorio XV lo canoniza junto a su gran amigo San Ignacio de Loyola.