Nuestro planeta Tierra proporciona recursos naturales de todo tipo. Los recursos de la naturaleza son potenciales fuentes de energía. Sin embargo, la energía debe ser transformada para sea efectiva. Todas las fuentes de energía ( sol, viento, agua, gas y un largo etcétera ) se concretan en una cantidad determinada y dicha cantidad conforma el conjunto de recursos energéticos.
Hay recursos de tipo renovable y otros que no lo son. Los recursos renovables son los que no se agotan porque vuelven a su estado original o se regeneran ( por ejemplo, el agua o el sol ). Los no renovables se forman de manera lenta y no se crean por la propia dinámica de la naturaleza ( el petróleo, el carbón o el gas natural ).
Los recursos energéticos renovables tienen, en los últimos años, un mayor protagonismo por varios motivos: no alteran el equilibrio del medio ambiente, son ilimitados y económicamente no dependen de las alteraciones de los mercados ( algo que sí sucede con el barril de petróleo ).
Cada proyecto energético necesita de una evaluación previa, tanto desde el punto de vista técnico como económico. La energía puede ser ilimitada pero su almacenamiento y distribución tiene un coste, lo cual debe valorarse para analizar las infraestructuras necesarias y el precio final que va a pagar el consumidor.
Un aspecto llamativo de todos los recursos energéticos es el hecho de que están relacionados con el sol. La energía solar interactúa con el agua en el proceso de evaporación. La energía del sol afecta al aire calentándolo. Los biocombustibles dependen de la fotosíntesis que se realiza por la luz solar y los combustibles fósiles tienen una relación similar con el sol.
Uno de los retos a los que se enfrenta la humanidad es precisamente su futuro energético. En este sentido, hay que tener presente dos terceras partes de los habitantes del planeta vivirán en ciudades y que millones de personas concentradas en una ciudad implica que los recursos energéticos deben satisfacer sus necesidades y, al mismo tiempo, garantizar la sostenibilidad del conjunto del planeta.
El futuro energético del planeta es incierto. Hay planteamientos que alertan sobre las graves consecuencias si no hay un cambio radical en el consumo individual y colectivo. Al mismo tiempo, hay proyectos de investigación que aspiran a encontrar una energía eficaz, limpia y económica. Los especialistas en energía consideran que en el futuro, los recursos que se emplearán serán los que se obtienen de las olas del mar, la biomasa y los procesos de tipo termoquímico.