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Definición de Querella de las Investiduras contexto, y resumen de los hechos

Mercedes Roch
Lic. en Historia

Entre los años 1076 y 1122, tuvo lugar en la Europa del Sacro Imperio Romano Germánico un enfrentamiento entre el poder imperial y el poder eclesiástico que se conoció con el nombre de “querella de las investiduras”. Por medio de este conflicto, las autoridades de ambas partes rivalizaron en torno a sus potestades particulares. El conflicto finalizó con la firma del Concordato de Worms el cual estableció que la Iglesia se encargaría de los asuntos religiosos y los señores seculares de los asuntos civiles.

Contexto histórico

En la Europa medieval del siglo XI se habían expandido las relaciones feudo vasalláticas que incluían tanto al estamento civil como al clero. Dichas relaciones se fundamentaban en una ceremonia de investidura por la cual se otorgaba al vasallo un feudo a cambio de fidelidad. Es de destacar que los señores laicos podían dar la investidura a los clérigos, es decir, designar cargos religiosos.

Para el año 1073, Gregorio VII asumió el papado y, en consonancia con su antecesor, el Papa León IX (1049-1054), realizó una serie de modificaciones conocidas como Reformas Gregorianas con el fin de volver a la misión del cristianismo de acompañar a sus fieles, eliminando la acumulación excesiva de bienes, la abundancia de lujos y la corrupción de la Iglesia. Entre dichas reformas, decretó la bula Dictatus Papae en el año 1075. Mediante la misma se estableció la anulación de la investidura laica por lo cual se reconoció únicamente a la Iglesia la autoridad para nombrar a sus obispos. Asimismo, Gregorio VII instauró al Papa como el representante de Dios en la Tierra y, por tal motivo, como quien debía encargarse de los asuntos religiosos siendo la máxima autoridad por sobre todos los cristianos, sobrepasando la autoridad del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. En la misma línea, estableció el principio de infalibilidad papal por el cual se aseguraba que el Sumo Pontífice no cometía errores.

Estas disposiciones generaron recelo en el poder imperial ya que reducían las potestades de los señores seculares. Asimismo, afectaban directamente al emperador, quien ocupaba su puesto en función de un mandato divino, es decir, que se reconocía a él mismo como el máximo representante de Dios.

Resumen de los hechos determinantes del enfrentamiento

Si bien el emperador Enrique IV hizo caso omiso a las disposiciones papales y continuó habilitando el nombramiento de obispos por parte de señores seculares en Alemania, la llamada “querella de las investiduras” inició en el momento en que el emperador nombró al nuevo obispo de Milán, en reemplazo del obispo que había nombrado el Papa.

Ante esta situación, Gregorio VII, junto con otros obispos reunidos en Worms, dictó la excomunión del emperador en el año 1076. Ello implicó un duro golpe para Enrique IV ya que, al ser expulsado de la religión católica, perdía su legitimidad como emperador y se anulaban las relaciones de vasallaje que mantenía con sus súbditos. Así, viendo que su posición peligraba, el emperador decidió solicitar el perdón al Papa. Luego de tres días de penitencia en el castillo de Cannosa, Gregorio VII decidió anular la excomunión.

Sin embargo, al regresar a Alemania, el emperador se encontró con que, aprovechándose de la bula de excomunión, habían nombrado en su lugar a Rodolfo de Suabia como emperador. Así, Enrique IV solicitó al Papa la excomunión del mismo, pedido que no fue respondido. Este gesto reavivó la querella: Enrique IV impulsó la elección del “antipapa” Clemente III, y Gregorio VII respondió excomulgando nuevamente al emperador y reconociendo la autoridad de Rodolfo de Suabia. En consecuencia, Enrique IV acudió a Roma con su ejército, forzó la huida de Gregorio VII y nombró como Papa a Clemente III.

Tras la muerte de Gregorio VII en el año 1085, los ánimos se apaciguaron y se buscó anular el conflicto entre la Iglesia y el poder imperial. Ello se logró finalmente con la firma del Concordato de Worms en 1122 por parte del Papa Calixto II y el sucesor de Enrique IV, su hijo Enrique V. Ambas partes estuvieron de acuerdo con las condiciones que implicaban que la Iglesia se encargaría de las investiduras clericales, mientras que el estamento civil de las investiduras feudales. Este acuerdo quedó ratificado al año siguiente en el Concilio I de Letrán, dando fin oficial a la querella de las investiduras.


Referencias bibliográficas

Wilson, P. H. (2020). “El Sacro Imperio Romano Germánico. Mil años de Historia de Europa”. Madrid: Desperta Ferro Ediciones.

Autora

Escrito por Mercedes Roch para la Edición #123 de Enciclopedia Asigna, en 04/2023. Mercedes es Profesora y Licenciada en Historia, egresada de la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Maestranda en Estudios Culturales Latinoamericanos. Autora de Primeras (Editorial Malisia).