La prosperidad es un concepto que se refiere a la situación económica en relación con un periodo de tiempo.
Un individuo se encuentra en una etapa de su vida de prosperidad si sus circunstancias económicas son favorables. El factor económico es clave en el significado de la idea, pero no es el único elemento, puesto que también hace referencia a que el conjunto de los aspectos personales sean propicios.
En las relaciones sociales hay un periodo del año en el que la palabra prosperidad se emplea con mucha frecuencia, las navidades. En las tarjetas postales es muy habitual expresar buenos deseos para el año próximo y se utiliza este término para comunicar buenos augurios a la persona felicitada.
En el plano social, la noción de prosperidad se encuentra ligada con los parámetros económicos y la situación general de un país. Si la mayoría de la población tiene trabajo y el conjunto de la sociedad puede satisfacer sus necesidades sin excesivos problemas, los analistas dicen que se atraviesa por un periodo próspero. De manera antagónica se emplean otros términos: recesión o crisis son los más empleados.
En el terreno de la economía se emplea una terminología muy especializada y técnica, utilizando parámetros objetivos que indican los niveles positivos o negativos que afectan a la sociedad. Si hay que utilizar un concepto que sirva como resumen de una situación favorable, es indudable que la prosperidad sirve a tal efecto.
Al observar cómo viven las personas de entornos diferentes al nuestro, se tiende a valorar aquellos signos de prosperidad que comunican el nivel social de los individuos. Son de tipo externo y no necesariamente se corresponden con el bienestar o la riqueza, pero sirven como referencia para evaluar el nivel de vida de los otros. Algunos de estos signos son los siguientes: el automóvil que se conduce, la casa, el lugar de veraneo, la manera de vestir, el reloj o incluso pequeños detalles que simbolizan el estatus social. Todos ellos actúan como elementos simbólicos, por lo que son considerados signos de prosperidad. A veces son engañosos, ya que son utilizados para ocultar la realidad de un problema. Este fenómeno ocurrió cuando la nobleza perdió el poder económico e intentaba mantener su prestigio a pesar del declive. La literatura ha abordado este tipo de situaciones. En ellas, el noble vive en la ruina pero todavía conserva su castillo, aunque apenas pueda mantenerlo. Su prosperidad es solo aparente.