Un privilegio es un derecho que se tiene y del que los demás carecen. Puede decirse que es un tipo de situación de irregularidad entre los integrantes de una sociedad determinada. No obstante, los privilegios pueden ser perfectamente legales y aceptados socialmente. Un privilegio concede a quien lo ostenta una determinada ventaja con respecto al resto porque implica que debería de recibir algún tipo de tratamiento especial. El concepto de privilegio está íntimamente ligado al de un grupo social determinado que defiende prerrogativas por encima de los demás, circunstancia que se opone al criterio de igualdad ante la ley. Durante toda la historia han existido diversos casos de sectores privilegiados.
Este tipo de circunstancia puede rastrearse desde la antigüedad. Por ejemplo, si posamos a mirada en la antigua Grecia, veremos que solo los hombres podían ser considerados ciudadanos de las ciudades estado. En cuanto a Roma, puede hacerse referencia a la clase de los patricios que se consideraba a sí misma descendiente de los fundadores dela ciudad y que tenían por esta circunstancia derechos especiales tanto en la esfera privada como pública; por contraposición a los patricios existía la plebe, ciudadanos de oficios menores y con menos beneficios civiles que constituían una clase social inferior.
Ya entrando a la Edad Media, la clase privilegiada era la de los señores feudales. Esta consistía fundamentalmente en pequeños nobles que tenían tierras para ser trabajadas y con ese fin se las entregaban a los campesinos, recibiendo de estos un aporte de su producción la obligación de armarse para defenderlas contra ataques exteriores. El trato entre señores feudales y campesinos era libre pero desigual, haciendo que el señor feudal tuviese una posición privilegiada.
En la actualidad, existe una gran polémica en lo que respecta a la existencia de privilegios en este momento de la historia. Al respecto, la obra del economista francés Thomas Piketty, hace alusión a un rendimiento del capital superior al crecimiento de la economía, circunstancia que propicia que determinadas familias acumulen grandes beneficios como consecuencia de las herencias que las distintas generaciones se traspasan. Esto significa que nuestra sociedad dista de ser meritocrática, porque si el crecimiento del capital supera a la economía, aquellas familias con grandes recursos verán a través de generaciones un incremento de los mismos sin que medien capacidades especiales entre sus integrantes. Este planteamiento generó una gran controversia que dista de resolverse y que sin lugar a dudas continuará en el futuro porque pone en el centro del debate muchos de los presupuestos del pensamiento prevaleciente.