Una premisa es una parte de un razonamiento que se define como verdadera o falsa y que servirá para el establecimiento de una conclusión. Las premisas son entidades estudiadas desde la perspectiva de la lógica como una manera de establecer procesos correctos de razonamiento, es decir, procesos lógicamente válidos. A lo largo de la historia se han identificado como una de las partes mediante la cual se establece una argumentación, circunstancia que ha facilitado enormemente el pensamiento científico; en efecto, puede establecerse con fundamento que el conocimiento de una premisa y el modo en que se interrelaciona con otras en un proceso argumentativo existía desde la más remota antigüedad.
El conocimiento sistemático de la utilización de premisas se remonta a los aportes de Aristóteles en la antigua Grecia. La lógica aristotélica da cuenta de silogismos, argumentaciones formadas por premisas que son oraciones bimembres, esto es, con sujeto y predicado en las cuales existe una afirmación o negación del predicado con respecto al sujeto. También distingue entre alusiones a particulares o a universales. La lógica Aristotélica se caracterizará entonces por establecer la forma correcta en la que de dos premisas se deduce una conclusión. En este caso, dicha conclusión hará alusión a algo necesario, ya implícito en las premisas.
No obstante, el pensamiento que establece Aristóteles es fundamentalmente deductivo. Es posible también hacer uso de las premisas para un razonamiento inductivo. En este caso, se establecerá un número significativamente importante de casos particulares definidos por premisas para establecer una ley general. En este punto, es importante saber que este tipo de procedimiento puede fallar y de hecho lo hacen muchas ocasiones. En efecto, es imposible que de casos particulares una conclusión tenga como característica la necesidad. El pensamiento inductivo debe ser empleado ante todo como una forma de soporte para la generalización de teorías que luego serán contrastadas con la realidad.
Es importante recordar que las premisas pueden ser verdaderas o falsas y que el razonamiento que las contiene puede estar errado en su veracidad a pesar de estar formalmente bien construido. En efecto, la lógica no dice nada acerca de la veracidad o falsedad de las premisas sino tan solo de la forma en que las mismas de deben relacionar y de la forma en que se deben establecer conclusiones. Dicha forma de establecer validez es utilizada enormemente en el ámbito de la ciencia; por ejemplo, es a partir de un razonamiento deductivo entre premisas que se contrasta una hipótesis.