Plug and play es una expresión inglesa que significa “conectar y usar” y que remite a la capacidad de distintos periféricos de computadoras de poder ser conectados a las mismas sin la necesidad de configurar su funcionamiento. Fue una característica que se incorporó a la jerga técnica de la mano de Microsoft, quien sumó esta capacidad en su Windows 95, a despecho de otros competidores que ya habían utilizado la tecnología. Gracias a esta nueva funcionalidad, los usuarios suelen mantenerse al margen de la necesidad de estar configurando dispositivos, circunstancia que es manejada por el sistema operativo. Es importante destacar, no obstante, que el propio dispositivo que se intente conectar deberá estar adaptado a esta posibilidad.
En el pasado la instalación de un dispositivo podía ser un procedimiento engorroso. En efecto, este tipo de circunstancia requería tener a mano los controladores que se adosaban con el mismo y debían instalarse para que el sistema operativo pudiese reconocer el nuevo hardware. Para aquellas personas que tenían problemas en el manejo de las computadoras y que solo las usaban para trabajar en una tarea específica, este tipo de necesidad podía ser poco grata. Es por ello que los sistemas se fueron adaptando a las necesidades de los usuarios, sobre todo en lo que respecta a facilidades.
Este tipo de características en un dispositivo y en los sistemas operativos se relaciona con el concepto de “amigabilidad”. El mismo se caracteriza por realizar dispositivos, interfaces o programas que sean fácilmente comprendidos por los usuarios y que gasten poco de su tiempo. En efecto, la necesidad a resolver por este tipo de noción es la de pérdida de tiempo en configuraciones tediosas que solo pueden ser de interés para personas especializadas. Con el correr del tiempo este tipo de orientación fue haciéndose patente en diversas características y posibilidades que los dispositivos y los sistemas adoptaron, circunstancia que también es fácilmente observable en la tecnología “plug and play”.
Quizá el futuro de los dispositivos periféricos sea el de eliminar completamente la necesidad de cables. El Bluetooth parece dar una respuesta primigenia a esta posibilidad, garantizando conexiones a través de radiofrecuencia. Así, los dispositivos en cuestión pueden estar separados significativamente los unos de los otros e incluso encontrarse en habitaciones distintas. Este tipo de tecnología fue avanzando significativamente a través de los años, pero todavía no pudo reemplazar totalmente a los dispositivos plug and play. Quizá el futuro nos depare mejores experiencias en este sentido, con una tecnología inalámbrica más eficiente.