- 428 a.C.
- 407 a.C.
- 387 a.C.
- 386-347 a.C.
- 348 a.C.
Nació en la ciudad griega de Atenas, en el seno de una familia aristocrática, situación que le permitió el acceso a una educación integral. Recibió instrucción sobre gramática, retórica, música y poesía, con la mirada puesta en desarrollar a futuro una carrera política.
El de Platón habría sido un apodo que le puso un profesor de gimnasia y significó “el que tiene espaldas anchas”.
Empezó su vínculo con Sócrates, su gran maestro y referente.
Permaneció junto a él hasta la condena a muerte, hecho que lo afectó sobremanera por considerarlo una injusticia, y que impulsó su decisión de dejar de lado sus pretensiones políticas y se abocó a la filosofía, la educación y los viajes.
Fundó la Academia, una institución educativa concentrada en brindarles una formación integral a los futuros políticos.
Hasta ella llegó Aristóteles, su discípulo más famoso.
Desarrolló la teoría de las ideas para explicar la forma en la cual conocemos.
Identificó dos mundos: el inteligible y el sensible.
El inteligible no puede ser percibido por los sentidos y está compuesto por las ideas; ser trata de un mundo inmaterial, perfecto, eterno, e inmutable, y solamente accesible a través de la razón.
Cabe destacarse que, en este mundo no todas las ideas son iguales, sino que mantienen un orden jerárquico: las formas matemáticas, los valore morales y la idea del bien a la cual se la ubicó en la cima.
Por su lado, el mundo sensible, tiene características físicas y materiales, las cosas se pueden ver y conocer a través de los sentidos. Al tratarse de un mundo mutable es imperfecto y plausible de corromper; está sometido al cambio, a la generación y a la destrucción.
Lo clasificó de engañoso, porque el dominio de los sentidos produce apariencias que confunden. Es la copia del mundo inteligible.
Por otra parte, siguió el método dialéctico, creado por su maestro Sócrates y el de asumir la propia ignorancia para dar el primer paso hacia la investigación, que lleva a la ciencia, que para él era el único conocimiento estable, duradero, válido y justo.
La tarea central y fundamental de toda educación consiste en retirar el “ojo del espíritu” enterrado en el áspero pantanal del mundo aparente, que se encuentra en constante mutación, y llevarlo a mirar hacia la luz del verdadero ser, de lo divino, pasar progresivamente de la percepción ilusoria de los sentidos a la contemplación de la realidad pura y sin falsedad.
Para Platón, bastaba con el cumplimiento de este proceso para que exista y se produzca la educación efectivamente, y que, a propósito, según él, es lo único que el hombre puede llevarse a la eternidad.
Respecto del proceso de formación del individuo, propuso que hasta los 20 años la educación lo prepare para desempeñar, tanto la función de regente o filósofo, como la de guerrero.
En una primera fase, su propuesta contempló una especie de jardín de infantes, si bien no existió en la formalidad tal como lo conocemos hoy, las actividades tenían bastante que ver con las practicadas en este tipo de institución: juegos, cantos y fábulas.
Luego se continúa con una introducción progresiva a la música y la poesía, censurándose los pasajes no educativos, en especial aquellos que podrían formar conceptos erróneos sobre la divinidad; y la gimnasia.
De los 16 a los 20 años se iniciaba a los jóvenes en la carrera militar. Los padres los debían llevar a los campos de batalla cuando ello no fuese muy peligroso.
De los 20 a los 30 años, los más preparados, estudiaban matemática, geometría plana y sólida, y solamente aquellos que habían dado evidentes pruebas de sus capacidades para la materia podían continuar estudiando más allá de los 30 años, hasta los 35, y ejercitándose en la dialéctica.
Los menos idóneos para el estudio eran destinados a cumplir la función de guerreros.
Los que aspiraban a filósofos, una vez cumplidos los 35 años, debían pasar por un largo aprendizaje práctico como funcionarios de segundo orden al servicio del estado.
Solo a los 50 años se los dejaría ser libres, por un cierto tiempo, para que se dediquen a la contemplación.
Las mujeres recibían casi la misma formación que los hombres, aunque, no hay indicios que se les permitiese ser filósofas.
Platón insistió en no dedicarse al estudio sin una devoción concreta y natural porque pensaba que hacerlo bajo coacción era indigno del hombre libre.
Sus pensamientos, reflexiones y propuestas sobre educación fueron plasmadas en sus obras: República, Alegoría de la caverna, El Banquete, Sofista, Leyes, entre otras obras.
Falleció en la ciudad de Atenas. Tenía unos 80 años.