Los Juegos Olímpicos es una de las competencias deportivas más destacadas a nivel mundial porque en ella se juntan los más importantes y destacados atletas del planeta para competir en diversos deportes y prácticas. Además de la relevancia deportiva que presentan debemos destacar que es un evento que difunde la amistad y fraternidad entre los competidores de diversas partes del mundo.
El personaje que nos ocupa en esta reseña, Pierre Fredy de Coubertin, también conocido como Barón de Coubertin ha pasado a la posteridad por ser el máximo responsable de este acontecimiento deportivo, cuando en el siglo XIX decidió reflotar los símiles juegos olímpicos que supieron ser muy populares en la Antigua Grecia.
También fue el responsable de crear un organismo que se ocupe de la difusión de los mismos y de su gestión tal es el caso del Comité Olímpico Internacional (COI).
En 1896 se largó la primera edición de los Juegos Olímpicos modernos, renovándose el encuentro cada cuatro años. Siempre se llevan a cabo en una nación diferente a la de la edición anterior.
Además del turismo que movilizan, los juegos olímpicos, despiertan un enorme interés mediático, siendo transmitidos al mundo entero en vivo y directo.
Pero hablemos de su creador, Pierre de Coubertin, quien ostentaba el título nobiliario de barón y nació en Francia el 1 de enero del año 1863.
De profesión era historiador y además pedagogo.
Aunque su familia quería que siguiese la carrera militar, Pierre, se negó y decidió seguir su vocación pedagógica. Durante el perfeccionamiento de sus estudios en Inglaterra entra en contacto con una particular corriente que resalta la importancia del deporte.
A partir de ese entonces se convirtió en un gran promotor del mismo, lo hacía desde publicaciones periodísticas o desde la creación de sociedades especializadas, entre otros.
Y poco a poco comienza a delinear ese gran sueño de unir todos los deportes y a todos los deportistas en un mismo evento… Y vaya que se acerca a su concreción…
A pesar que debió enfrentarse a algunas complicaciones que surgían del plano político pudo concretar su sueño y en 1896 se largan los primeros juegos.
Su fallecimiento se produce en Suiza, a los 74 años, un 2 de septiembre del año 1937.