Documento que hace la función de una promesa de pago, se realiza bajo un contrato legal por su consideración de elemento monetario, por ello es que se contabilizan, por un lado, acreedores y, por otro, deudores. Los pagarés son títulos de créditos que se encuentran regulado en todas las leyes mercantiles de las naciones, siendo el mercado el universo donde se maneja con bastante regularidad, sobresale mucho su contemporánea tendencia en el ambiente financiero y económico; los proveedores y compradores de ciertos productos, servicios y activos financieros trabajan muchas veces bajo pagarés, también las empresas o personas físicas que los usan como un crédito regular y van pagando conforme se determina en el trato, que puede ser a meses, quincenas o días.
Ejemplos de uso
La utilidad de los pagarés aparece mucho en hipotecas, fianzas o compras a prenda, esta amplia adaptabilidad es parte importante para que sea bastante usual; es determinante entender sus características para poderlos definir y evitar confusiones con otros títulos de crédito como las letras o cheques, el pagaré tiene su propia autonomía, no suele formar parte de la negociación, se genera una vez que ya se han establecido los términos, se utiliza únicamente para asegurar el pago del tenedor, aportando con su existencia una mayor legalidad ante la posible morosidad o falta de pago, es por tal motivo que al no ser pagado en tiempo y forma, el beneficiario tiene el amparo de poder demandar y obtener su pago bajo diferentes formas, la más común es un embargo de bienes, una tercera cualidad que diferencia a los pagarés de otros títulos de crédito es su validez normativa, la cual solo toma relevancia si se cumple con los requisitos que se mencionan en los códigos legales de comercio y leyes generales de títulos y operaciones de crédito, uno de los más importantes es que el documento tiene que ser generado de puño y letra.
La información que requiere un pagaré comprende:
– La cantidad a pagar.
– La fecha específica y lugar donde se lleva a cabo la creación de este.
– El nombre del acreedor.
– Firmas.
También existe la posibilidad de exigir un aval, una persona o garantía que asegure que se realizara el pago correspondiente, otra posible consecuencia es el de poder endosar el documento a otra persona, el acreedor o deudor lo pueden pasar a otras entidades si es que necesita, a partir de estas características es que existen diferentes tipos de pagarés.
Factores de pago
La clasificación de los pagarés depende de las diferentes formas de pago, los plazos y de quien lo emite.
– Cuando se puede endosar un pagaré se clasifica a la orden y no a la orden, todo depende del tipo de contrato que se ha generado, también se pueden clasificar por la entidad que lo emite, por ejemplo que se trate de una institución bancaria, en estos casos regularmente se cobran intereses.
– Por el plazo de pago se determinan en pagarés de abonos de cuenta, cruzados o fijos.
– Una vez determinada la fecha de los pagos, se organizan por días fijos, con fecha de vencimiento o sin término alguno, por fecha de emisión y a la vista.
Pagares como instrumentos financieros
Los pagarés también se consideran un activo financiero, el cual tiene un valor importante que causa sensación a algunos inversionistas por los buenos rendimientos que estos generan y el bajo riesgo que representan, invertir es clave para soportar las embestidas de la inflación, es por ello que muchos bancos incitan a sus clientes a invertir más que ahorrar, ya que los beneficios son totalmente diferentes y los pagarés resultan ser una buena alternativa.
Invertir en tasas fijas es una muy buena idea y los pagarés lo ofrecen, además, se pueden establecer en plazos desde 1 a 64 días, todo depende de las necesidades del cliente, es bastante simple su funcionalidad, se invierte el dinero, se elige el plazo y una vez terminado el banco u institución devuelve el dinero con el rendimiento pactado, se llama al activo pagaré porque actúa bajo la misma forma; esta modalidad también la utiliza el gobierno para conseguir financiamiento rápidamente.