- 18/02/1934
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- 03/02/2023
Nació en la localidad española de Pasajes, en el País Vasco, en España. Su nombre real fue Francisco Rabaneda Cuervo.
Su padre fue militar, con el cargo de general, en El ejército republicano, y a cargo del cuartel de Guernica. Lo ejecutaron las tropas franquistas cuando él tenía 5 años, en el marco de la Guerra Civil Española.
Tras la muerte del jefe familiar, la familia se exilió en Francia, y en tierra francesa, estudió, creció y desarrolló su carrera.
La influencia de su madre fue clave en su ingreso en el mundo de la moda ya que fue costurera jefa de la famosa firma Cristóbal Balenciaga.
Se graduó en Bellas Artes en la Escuela Nacional de Bellas Artes de la ciudad de París.
Se especializó en arquitectura.
Armó una sociedad creativa con su mamá, que diseñó singulares accesorios: botones y joyas, para reconocidas y exclusivas casas de moda: Pierre Cardín, Ives Saint Laurent y Christian Dior.
Lanzó su propia marca, con diseños propios, entre los que sobresalieron sus ya icónicas corbatas de metal.
Sus desfiles mostraron diseños inéditos y jamás pensados para aquellos tiempos.
Su exacerbada modernidad causó impacto y atención, por supuesto, pero también rechazo, de parte algunos colegas y de la opinión pública asociada a la moda que no entendió su propuesta.
Así fue como surgieron apodos como “metalúrgico de la moda” o “el diseñador futurista”.
Realizó su primer desfile, en el Hotel George V, y dejó a todos boquiabiertos con una pasarela por la cual se paseaban bellas modelos enfundadas en vestidos confeccionados con remaches, plásticos y metal que pesaban varios kilos.
La colección la denominó Manifiesto y constó de 12 vestidos
Además, tuvo la osadía de hacerlas desfilar descalzas y bailando, porque aseguró que sus vestidos no estaban hechos para estar sentadas sino para bailar.
Otra de sus particularidades en aquel entonces fue la inclusión de modelos afroamericanas, marcando toda una posición respecto de la segregación que había dominado el mundo pocas décadas atrás.
Sin duda alguna, revolucionó el mundo de la moda de la década del ’60.
Su propuesta futurista coincidió con la llegada del hombre a la luna, hecho que acrecentó dicha conquista y le reportó a sus creaciones una mirada crítica, pero también de admiración, por la originalidad que manifestaron.
Puso un pie en el cine con sus creaciones y vistió de metal a Audrey Hepburn en la película Dos en la carretera.
Estuvo presente en la famosa película de Jane Fonda, Barbarella.
Firmó un contrato con una marca de perfumes española, gestionada por los hermanos Puig.
Amplió su negocio y presentó su primera fragancia denominada Calandre, que fue un rotundo éxito de ventas internacional.
Con el correr de los años, sus perfumes, se afirmaron en el mercado, y se impusieron a sus impactantes diseños.
Ahora bien, en los frascos de sus fragancias también grabó su estilo único y los comercializó con botellas con forma de robot o de lingote de oro.
Los Puig compraron su marca.
Se retiró del diseño de moda, y abandonó, por ende, la actividad de alta costura y se concentró en las demandas de la época que exigían más producción prêt-à-porter.
Recibió la Legión de Honor en París.
Falleció en su residencia de Porstall, en Francia, ubicada en el noroeste francés. Tenía 88 años.
En lo personal también fue un individuo atravesado por la singularidad; en muchas declaraciones públicas confirmó la misma extravagancia de sus creaciones, afirmando que, era un extraterrestre, que mató a Tutankamón, que en otra vida fue una amante del rey Luis XV y que conoció a Jesús, entre otras.