En principio, lo opuesto es aquello que se encuentra situado en la parte contraria de algo. Se trata de un concepto espacial, es decir, se refiere a la ubicación de una cosa en relación con otra. Opuesto implica, por lo tanto, la existencia de dos elementos y ambos son opuestos con respecto al otro.
El sentido espacial de este concepto se manifiesta claramente en las referencias geográficas y de señalización. En los mapas, los callejeros o los planos de los metros empleamos valoraciones y coordenadas donde la idea de opuesto aparece. Si alguien dice «al otro lado del río, se encuentra la estación de tren «, se está refiriendo a un lugar que tiene otro que se le opone. Hay varias maneras de expresar lo opuesto en este sentido: en frente de, paralela a, al otro lado o en la otra parte.
Lo opuesto como idea espacial también forma parte de una de las ramas de la matemática, la geometría. El principio más conocido de la geometría afirma que la recta es la distancia más corta entre dos puntos, lo cual implica que tales puntos son opuestos en el espacio. Este principio general, forma parte de la comprensión de las figuras geométricas, su medición, así como en su aplicación práctica en otras áreas: agricultura, arquitectura, ingeniería y otras disciplinas. Siguiendo con las matemáticas, no hay que olvidar que lo opuesto es toda operación que representa lo inverso de otra: división es la multiplicación al revés o la resta es lo contrario de la suma.
El término opuesto no sólo tiene una dimensión espacial, sino que también se utiliza para comprender otras realidades. En la literatura o el cine, aparece un personaje que es el que lleva el peso de la trama ( el protagonista ) y paralelamente hay otro ( el antagonista ) que actúa como contrapunto, como elemento opuesto. El ejemplo más conocido de este mecanismo narrativo es la obra de Miguel de Cervantes, «Don Quijote de la Mancha «, donde el protagonista, Don Quijote, tiene un antagonista, Sancho Panza, y los dos se presentan como opuestos: uno es realista y otro idealista, uno inculto y el otro no, uno ama la libertad y el otro la seguridad y, en pocas palabras, toda la historia de esta novela tiene dos caminos opuestos, como si fuera un tren que va por dos railes.
La contraposición forma parte de lo opuesto. Y es lógico que así sea, ya que existe una idea en función de su contraria. Los ejemplos que podríamos aportar son muy diversos: fe-razón, verdad-mentira, cóncavo-convexo o vida-muerte.