La opacidad es una circunstancia en la que un cuerpo determinado evita que la luz lo atraviese. La mayoría de los elementos que conocemos tiene un grado elevado de opacidad, es decir, refractan a la luz en alguna medida. Figuradamente remite a una situación en donde la información es poco clara y debe ser expuesta con mayor franqueza. Lo contrario a opacidad es lo transparente, lo translucido y los elementos que tienen esta cualidad dejan que la luz los atraviese, permitiendo ver a través de los mismos. No obstante, es importante considerar que la opacidad o la transparencia remiten a escalas y no a condiciones excluyentes. Esto significa que un objeto puede tener tiene distintos grados en los que la luz los puede atravesar.
La luz se manifiesta en ondas que chocan contra los objetos del mundo que nos circunda. Según el tipo de onda que se refracte, podremos ver distintos colores. Obviamente, no todos los seres vivos pueden percibir a la misma gama de colores, pero lo cierto es que el fenómeno existe y es de alguna manera lo que garantiza la visión que tenemos de los mismos. En el caso de que dicho objeto sea translucido en alto grado, la luz atraviesa el cuerpo en cuestión y esto permite que podamos ver a través de dicho objeto. Los vidrios que cotidianamente observamos tienen esta cualidad.
En sentido figurado, la opacidad puede remitir a una situación en donde la información está poco clara y es de difícil acceso a todos los individuos involucrados en la misma. En otras palabras, existe discrecionalidad en el manejo de determinados temas que debieran ser conocidos por un número mayor de personas. Este tipo de circunstancia suele ser un tópico recurrente en lo que respecta al manejo de fondos públicos de un modo arbitrario y poco eficiente: en general es información que se busca ocultar en alguna medida, “maquillando datos”. Un tipo de escenario como el descrito genera inevitablemente un halo de desconfianza y de resquemor que puede afectar negativamente a un grupo; en este sentido, la transparencia siempre es una de las condiciones a través de la cual se crea una confianza estable y duradera.
En síntesis, la opacidad remite una situación física en la que la luz ve impedido su paso y es refractada, situación que se opone a la translucidez, es decir cuando la luz puede atravesar un objeto permitiéndonos ver a través del mismo.