Fue el último Zar ruso y quien marcó el final de la poderosa dinastía Romanov que dirigió los destinos de Rusia por más de tres siglos.
De todos los zares Romanov fue el más sufrido y castigado, no solamente porque fue asesinado brutalmente junto a toda su familia luego de abdicar en 1917 tras el triunfo de la Revolución Rusa sino también porque fue el menos preparado y el más débil cuando le tocó asumir el cargo en el marco de una crítica coyuntura política, militar, y económica, donde la monarquía se encontraba en cierta decadencia y popularmente cuestionada
No tuvo la poderosa personalidad de su padre que lo antecedió y ello sin duda influyó en la incapacidad que demostró a la hora de tener que lidiar con una Rusia caótica y un conflicto bélico de envergadura como fue la Primera Guerra Mundial.
Si bien fueron muchos los factores que condujeron a la debacle y al final imperial, la falta de muñeca política del zar fue decisiva en ese sentido
Tampoco supo congeniar su fe absoluta en la autocracia con los nuevos aires de libertad que empezaban a manifestarse.
En el plano familiar las cuestiones eran más felices ya que había conformado una familia sólida junto a su esposa Alejandra de Hesse, nieta de la Reina Victoria de Inglaterra, con quien se casó en 1894 a pesar que sus padres no vieron con buenos ojos la unión.
Fue un padre y marido devoto que amó profundamente a su familia.
Por otra parte, en el temprano final de su gobierno y de su vida también tuvo mucho que ver su situación personal y familiar que dio un vuelco trágico cuando se enteraron que el Zarevich y sucesor del trono, que habían buscado tanto con su amada esposa la emperatriz Alejandra, y luego del nacimiento de cuatro niñas, nació enfermo de hemofilia
En ese momento un oscuro personaje conocido en la historia como Rasputín se acercó a la familia real para intervenir con su presunto poder sanador en la enfermedad de Alexis.
La Zarina que se encontraba devastada por la afección de su hijo y se culpaba por habérsela transmitido creyó fervientemente en que Rasputín era capaz de mejorar a su hijo, y más lo creyó cuando empezó a apreciar algunos avances favorables en su enfermedad
Para la mayoría fue un farsante que no hizo más que manipular a la Zarina que lo creía un enviado directo de Dios, y ganarse el respeto del Zar quien incluso llegó a aceptar sus consejos políticos.
La influencia de Rasputín sobre los zares causó mayor encono y estupor cuando se convirtió en el hombre que hacía y deshacía en la política rusa
Tras su abdicación al trono en 1917, y de haber gobernado por 22 años, fue arrestado y confinado junto con toda su familia por las nuevas autoridades del país.
En un comienzo la prisión respetó la historia y la investidura pero luego fue muy cruel.
Finalmente la pareja real, sus cinco hijos, y algunas personas de servicio que los acompañaban, fueron asesinados por orden de los bolcheviques en julio de 1918
No se supo que pasó con sus cuerpos hasta finales de la década del ochenta cuando se anunció que se había encontrado la tumba y dentro de ella los restos de la familia que fueron identificados tras largas investigaciones y estudios.
En 1981, a instancias de la Iglesia Ortodoxa Rusa, se canonizó a la familia Romanov
En julio de 2018 al cumplirse el centenario de la ejecución de los zares y sus hijos se llevó a cabo una multitudinaria peregrinación en el lugar en el que fueron asesinados liderada por el patriarca ortodoxo.