Como sabemos, el Holocausto ha sido una de las páginas más oscuras y dolorosas de la historia de la humanidad y hubiera sido aún más trágica si en el camino no hubiese habido individuos como Nicholas Winton, el personaje que nos ocupará a continuación, y que precisamente hizo muchísimo para que muchos de los condenados tuviesen un mañana…
Winton salvó a más de seiscientos niños judíos de una muerte segura, en el año 1939, en vísperas de la segunda guerra mundial.
Winton nació en la ciudad de Londres, el 19 de mayo del año 1909, en tanto, la cultura judía se hallaba entre sus raíces, ya que era descendiente de alemanes judíos.
La acomodada economía familiar le permitió a Winton gozar de una existencia relajada y estudiar.
Una vez graduado, en el año 1931, ingresa a trabajar en una sociedad de bolsa.
Con un empleo que le gustaba y le permitía vivir tranquilo, Winton, decide en 1938 pasar unas vacaciones en Suiza a bordo de sus esquíes, sin embargo, algo cambiaría sus planes, su amigo Martin Blake lo convoca a Praga para una misión muy especial: salvar a niños judíos que se hallaban en los campos de concentración y condenados a una muerte segura.
Winton, no dudó ni un segundo y de inmediato se puso a trabajar en la misión rescate y escape.
Improvisó una oficina y de pronto llovieron los pedidos de familias que querían salvar a sus niños de las garras nazis.
Pero no todo sería tan sencillo ni mucho menos, ya que debió someterse a requerimientos de los diversos estados que contactó y además conseguir los fondos que le exigían, ah, y todo ello mientras trabajaba en la bolsa.
El sueño comenzaría a concretarse a partir de la creación del organismo El Comité Británico para los Refugiados de Checoslovaquia, Sección para Niños.
Para conseguir el financiamiento publicó avisos en diversos lugares que por suerte tuvieron una respuesta fenomenal e inmediata.
El primer traslado de niños se realizó en marzo de 1939 y luego le siguieron otros siete viajes más.
Lo que más lamentó Winton es que había programado un octavo viaje que por la invasión alemana a Polonia no pudo realizarse y esos más de doscientos niños no pudieron ser rescatados.
Pero lejos de auto promoverse con esta historia, Winton, la calló por cinco décadas hasta que en el año 1988 su esposa encontró una valija con fotos y datos de todos estos niños.
Y allí llegó el emocionante relato de la historia a su esposa primero y luego al resto del mundo.
Su esposa gestionó que periódicos como el Daily Mirror y el Sunday Mirror publicasen la increíble y valiente historia de su marido.
Como era de esperarse de un día al otro Winton se convirtió en un héroe para su patria como para Checoslovaquia.
Su país lo distinguió como Miembro del Imperio Británico y Caballero, mientras que en Checoslovaquia lo distinguieron con la condecoración militar más notable: Liberador de la Ciudad de Praga y la Orden de T. G. Marsaryk.