En la actualidad resulta casi imposible pensar al margen de la tecnología. La mayoría de actividades tienen un componente técnico que unos años atrás era inexistente. Y la palabra que en esta entrada se analiza está muy relacionada con esta revolución tecnológica.
Monitoreo viene de la palabra monitor, es decir, una pantalla por la cual se pueden ver imágenes en tiempo real. Hay monitores para una gran variedad de sectores: en la medicina, en relación con la vigilancia, el comportamiento atmosférico, la prevención de incendios o la seguridad ciudadana. El monitoreo es la acción de supervisión y control de un monitor para valorar una situación.
Para efectuar un monitoreo eficaz tiene que haber una infraestructura que permita una correcta supervisión de aquello que se pretende observar. Pensemos en un casino. Hay una gran cantidad de jugadores, crupiers y otros trabajadores. Como hay en juego mucho dinero, existe la tentación de hacer trampas y para evitarlo hay que instalar un sistema de monitoreo. Si hay algún problema, la pantalla del monitor es analizada con detenimiento para saber con exactitud cuál es el origen de dicho problema.
A pesar de que el monitoreo se refiere al hecho de vigilar algo, también tiene otro sentido, que no se relaciona con ninguna pantalla. Es el caso de una entidad, preferentemente pública, que se ocupa de estudiar y analizar una situación que tiene un interés social. Estas entidades son los observatorios y los hay de distinta naturaleza: de la infancia, de las tendencias electorales, de la violencia hacia las mujeres o de los problemas medioambientales. Estos observatorios recogen datos de una realidad, la estudian a fondo y realizan estadísticas. En consecuencia, un observatorio se ocupa de monitorizar un aspecto que tiene una proyección social. En este sentido, monitorizar se emplea de manera figurada, ya que no hay ningún monitor o pantalla.
Los dos significados de monitoreo ( como instrumento para vigilar y como plataforma de análisis ) tiene un componente muy positivo y, como suele suceder, algún riesgo. Lo positivo es evidente: tener información para solucionar un problema o intentar reducirlo. Lo negativo también es evidente: un exceso de control e información puede ser un peligro para la privacidad y la libertad individual.
La información que facilita una pantalla va a ser gestionada por personas y éstas pueden tener un comportamiento responsable o algún propósito inconfesable.