Mitra es el nombre que ha recibido en la antigüedad un dios presente en las culturas india y persa y que tiempo después se sumaría a los grandes dioses que sostuvo la cultura romana en tiempos del imperio.
En Persia, Mitra, era el dios del sol y es aquí donde justamente nace su genio y figura.
Más tarde se trasladaría como dijimos a India y a Roma.
Aproximadamente en el año 62 A.C, los soldados romanos adoptarían este dios y lo caracterizarían en función de su cultura, creencias y necesidades.
Además a partir del mismo crearían una religión que se conocería como Mitraísmo y que se diseminaría fabulosamente por todo el imperio, convirtiéndose en la gran rival del cristianismo.
El Mitraísmo o los Misterios de Mitra estuvo muy presente entre los siglo I y IV y como mencionamos fueron los soldados romanos los grandes fieles que congregó la misma.
Su práctica era llevada a cabo en templos, designados como mitreos, que funcionaban en cavernas y tiempo después ya en construcciones destinadas a tal efecto y que por tanto carecían de aberturas al exterior.
El santuario de Mitra se hallaba dispuesto en la parte extrema de la cueva, donde se erigía la imagen y el altar de Mitra dándole muerte al toro.
Por tratarse de una religión mistérica, o sea, basada especialmente en el misterio, su culto se llevaba a cabo en las más estrictas condiciones de misterio y reserva.
Este tipo de religión se encontraba organizada en sociedades de tipo secretas y que se encontraban compuestas únicamente por hombres.
Entre los valores que pregonaba se cuentan: la valentía y la transparencia.
Mitra fue un dios ciertamente representado en la cultura romana, generalmente, se le atribuía una fisonomía joven, en su cabeza se disponía uno de sus atributos más reconocidos, el gorro frigio, que es una caperuza de formato cónico y punta curva.
Y la acción que normalmente desplegaba en estas esculturas era la de matar un toro con sus propias manos, la cual consistía en un ritual y el toro era el objeto de sacrificio.