- 07/11/1867
- 1883
- 1893
- 1894
- 26/07/1895
- 1897
- 1898 – 1902
- 1903
- 1904
- 19/04/1906
- 1910
- 1911
- 1914
- 1915
- 1916
- 04/07/1934
- 1995 – Post Mortem
Nació en Varsovia, Polonia. Su padre fue profesor de física y matemáticas y su madre enseñó piano. Su nombre completo fue María Salomea Sklodowska. A los 10 años murió su mamá y al poco tiempo su hermana Sofía. Adoptó el apellido Curie de su esposo.
Se graduó en la escuela con medalla de oro por su excelente desempeño académico.
Como no le permitieron el ingreso en la Universidad de Varsovia por su condición de mujer, asistió a una “universidad clandestina”, llamada Volante, que permitía justamente la asistencia de estudiantes mujeres y que contaba con reconocimiento por la calidad de sus contenidos.
Compartió las clases con su hermana e hicieron un pacto que las comprometió a ayudarse mutuamente para pagar los estudios; trabajó como institutriz en Varsovia y con el dinero obtenido ayudó a su hermana a pagar la carrera de Medicina en París. Tiempo después fue su hermana la que le brindó los recursos económicos para que estudie física, matemáticas y química, en la prestigiosa Universidad de La Sorbona. Cuando recaló en París modificó su nombre por Marie.
El comienzo de sus estudios no fue fácil ya que se enfrentó a un contexto dominado por más de setecientos compañeros varones y tan solo 27 mujeres. No hablaba muy bien el idioma francés y sus conocimientos previos sobre física y matemáticas estaban por debajo de los de sus compañeros.
Superó todos los obstáculos que se le presentaron: estudiar y trabajar a la vez y hasta padecer hambre.
Se graduó con honores en Física, y al año, en matemáticas, gracias a una beca que le habían extendido.
Comenzó su trabajo como científica. Investigó las propiedades magnéticas de diferentes aceros, un encargo de la Sociedad para el Fomento de la Industria Nacional.
Conoció a quien se convertiría en su esposo: Pierre Curie, un colega francés y de los primeros en estudiar la radiactividad.
Se casó con Pierre Curie y tuvieron dos hijas: Irene y Éve. Irene también recibió el Premio Nobel de Química, un año después de la muerte de su madre, con quien trabajó a la par.
Inició la preparación de su tesis doctoral sobre las sustancias radiactivas. Su esposo fue quien más la animó en el progreso de su carrera científica.
Junto a Pierre comenzaron a estudiar las radiaciones de uranio utilizando instrumentos eléctricos y técnicas creadas por su esposo. El trabajo culminó con el anuncio del descubrimiento de dos nuevos elementos químicos: polonio y radio. El primero se denominó así en homenaje a su país de origen (Polonia) y el segundo derivó del término latino rayo.
Cabe destacarse que, sus investigaciones y descubrimientos no se dieron en el marco de un contexto favorable ni mucho menos, sino que debió trabajar en condiciones muy precarias y modestas, en una habitación ubicada junto a la Escuela de Física y Química de la universidad. De todas maneras, y a juzgar por los resultados obtenidos, nada de ello afectó su performance de excelencia.
Ahora bien, sí padecieron las consecuencias físicas de trabajar con sustancias peligrosas sin un correcto protocolo de seguridad y en 1898 empezaron a manifestar algunos problemas de salud que los afectaron hasta su muerte.
Publicó junto a su marido diversos informes científicos, uno de ellos clave en el tratamiento del cáncer: develaron que un ser humano expuesto al radio consigue la destrucción de las células malignas mucho más rápido.
Recibió junto a su esposo el Premio Nobel de Física por el descubrimiento de los elementos radiactivos. Logró el hito de ser la primera mujer en recibirlo.
Defendió su tesis en la Universidad de La Sorbona y se doctoró en ciencias físicas. Fue calificada con un sobresaliente cum laude.
Designaron a su esposo como profesor de Física en la Universidad de París y al siguiente año como miembro de la Academia Francesa. Por su condición de mujer no pudo acceder a ninguno de estos cargos, ni tampoco logró el mismo reconocimiento que su esposo.
Pierre murió atropellado por un carro de caballos. Fue un duro golpe para la familia, sin embargo, ella no desistió en su trabajo e investigaciones.
El Departamento de Física le ofreció el puesto de su marido y lo aceptó. Volvió a protagonizar otros hechos inéditos al ser la primera mujer nombrada profesora y luego por dirigir el laboratorio de la institución.
Demostró que era factible la obtención de un gramo de radio puro.
Recibió el Premio Nobel de Química por sus estudios sobre el radio y sus compuestos. No patentó el procedimiento para de este modo permitir que la comunidad científica pudiese seguir avanzando en su estudio.
La nombraron directora del Instituto del radio de París y creó el Instituto Curie.
Tuvo una intervención crucial en la atención sanitaria durante la Segunda Guerra Mundial. Propuso la utilización de radiografías móviles en las cercanías del frente de batalla para asistir a los cirujanos que debían atender a los heridos. Esto facilitó el salvataje de las vidas de muchos soldados. Compró aparatología de rayos X y creó unidades móviles de radiografía, llamadas pequeñas Curie.
Dirigió el Servicio de Radiología de la Cruz Roja de Francia y creó el primer centro de radiología militar en su país.
Desarrolló cánulas con emanaciones de radio que se emplearon en la esterilización de tejidos infectados.
Desplegó un rol docente, impartiendo clases a otras mujeres para que pudiesen actuar como ayudantes.
Obtuvo uno de los primeros carnés de conducción y manejó ella misma las unidades móviles de rayos X que creó.
Murió en Passy, en Alta Saboya, Francia. Su larga exposición a elementos radiactivos complicó su salud progresivamente. Quedó anémica y ciega. Sus restos fueron inhumados en un cajón con un revestimiento especial de plomo por la peligrosidad que implicaban y la sepultaron en el cementerio de Sceaux, en París, junto a su marido.
Sus restos y los de Pierre fueron trasladados al Panteón de París, siendo la primera mujer en descansar en tan relevante espacio.