- 21/08/1930
- 1936
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- 09/02/2002
Nació en el Castillo De Glamis, en Escocia. Fue la hija menor del Rey Jorge VI y de su esposa, la Reina Consorte Isabel, y la única hermana que tuvo la Reina Isabel II.
Fue bautizada con el nombre de Margarita Rosa Windsor, y por ser la nieta de un rey, por línea paterna (Jorge V), desde su nacimiento recibió el tratamiento de princesa y de alteza real.
Fue educada por la institutriz Marion Crawford junto con su hermana Isabel.
Su padre asumió el trono inglés, cuando su tío Eduardo VIII abdicó en el trono para concretar y seguir a su amor, la plebeya Wallis Simpson. Tenía seis años y fue una protagonista clave de dicho evento junto a su hermana mayor.
Hasta 1948, año en el que nació su primer sobrino, el Príncipe Carlos de Gales, fue la segunda en la línea de sucesión al trono de Inglaterra.
Se enamoró perdidamente de un asistente de su padre, el Capitán Peter Townsend, sin embargo, ello no fue tanto el inconveniente para dar rienda suelta a su amor, sino que Townsend era casado y 16 años mayor que ella.
Si bien el capitán se divorció y vivieron algunos años de amor clandestino, la presión por los deberes reales pesó más sobre ella y la relación se terminó.
Su hermana fue quien más la presionó para que no avance dicha relación.
Se casó con el fotógrafo, educado en Eton, Anthony Armstrong-Jones, en la Abadía de Westminster. Tuvieron dos hijos: David (1961) y Sarah (1964).
Inmediatamente después del casamiento fueron distinguidos con los títulos de Condesa y Conde de Snowdon.
Según trascendió por la prensa, y por algunos allegados, la noticia que su ex amor Peter se había casado fue letal para su ánimo y así es que decidió casarse con el primero de la lista, y claramente lo hizo sin estar verdaderamente enamorada de él.
La boda no solo fue un suceso porque era la primera unión entre una princesa y un plebeyo, sino porque se permitió la televisación que llegó a ser vista por 300 millones de espectadores en todo el mundo.
Se instalaron en el Palacio de Kensington y compartieron su afición por la vida nocturna, las fiestas y algunos excesos.
Tras el nacimiento de su segunda hija la relación entre ambos se derrumbó totalmente. Él viajaba mucho por su trabajo, despreciaba el protocolo que le imponía la familia real, no compartían los mismos intereses que antaño, y él comenzó una espiral de malos tratos e insultos, que escaló realmente alto, hasta socavar la natural alegría y ganas de vivir de ella.
La princesa alegre que supo ser se transformó en una mujer errática, irascible, con malos modos, y absolutamente dependiente del alcohol y el tabaco: consumía 60 cigarrillos diarios y para el mediodía ya había consumido varios vasos de vodka, media botella de vino, copas de whisky, que combinaba con marihuana y una novedosa droga sintética llamada Popper.
Ninguno de los dos ocultó demasiado sus relaciones extramatrimoniales, que prontamente se hicieron públicas a través de la prensa.
Ella mantuvo romances con actores como Warren Beatty, Peter Sellers y hasta con la estrella del rock vernáculo Mick Jagger.
Con Jagger habría compartido fiestas y alocadas noches de sexo, drogas y rock and roll. Por ello, la reina Isabel II, lo despreciaba y tardó años en entregarle el título de Sir, que tradicionalmente se les entrega a las personalidades británicas destacadas. Lo recibió en 2003, al año de la muerte de Margarita.
Se enamoró de su jardinero y paisajista Roddy, 17 años más joven, con quien también vivió un apasionado y tumultuoso romance, marcado por la diferencia de edad y el disgusto de la casa real.
Se divorció de su esposo y pasó a la historia como la primera separación formal en la familia real después de varios siglos. El último había sido en 1540, protagonizado por el emblemático rey Enrique VIII, famoso por decapitar a dos de sus varias esposas.
Fue operada por un tumor pulmonar, ocasionado por su tremenda adicción al cigarrillo, que le produjo varias complicaciones.
Tuvo una salud frágil asociada a su dependencia al tabaco. Anteriormente padeció una crisis nerviosa (1974), hepatitis, neumonía y una afección gastrointestinal.
Sin su consentimiento, su hijo David, a quien le había transferido la propiedad de la isla de Mustique, que tan feliz la había hecho, la vendió. La traición de su hijo fue un puñal en la espalda que nunca superó, y que anticipó su final, porque el acuerdo era que la mantuviese hasta que ella falleciese. Desde aquel entonces nunca más quiso volver a su lugar en el mundo.
Su amigo Lord Glenconner Colin Tennant, le obsequió dos hectáreas de esas tierras que le pertenecían para que ella pudiese construirse una casa y así lo hizo.
La disfrutó muchísimo hasta que su hijo la vendió, a pesar de que ese no había sido el acuerdo cuando le transfirió la propiedad para evitarse a futuro el impuesto a las sucesiones.
Sufrió un ACV que redujo aún más su condición vital. Luego de este episodio grave redujo sus apariciones públicas al mínimo.
Según han comentado testigos del vínculo, su hermana, la reina Isabel II, no estuvo de acuerdo en que sea tratada por sus afecciones mentales y hasta la instó a que no use la silla de ruedas porque creía que esto conspiraba contra su recuperación.
Padeció otros dos ACV que disminuyeron su visión y su movilidad.
Falleció en el Hospital Rey Eduardo VII. Tenía 71 años.