Luiz Gonzaga es uno de los máximos exponentes de la música popular brasileña, básicamente del baião, que es un ritmo musical propio de la región noreste del Brasil y por ello mismo es que se lo elevó a carácter del rey del mencionado ritmo autóctono.
No es casual que Gonzaga se haya volcado a este estilo sino que han sido sus raíces, su origen, lo que lo hizo acecarse a este ritmo, porque el músico nació en una zona rural de Pernambuco, vasta zona situada al noreste del Brasil precisamente… El destino estaba marcado para que se acerque sí o sí a ese género. Era un 13 de diciembre del año 1912, cuando nació.
Como no podía ser de otro modo por la zona en la que la familia Gonzaga vivía, el padre de Luiz se dedicaba a tareas agrícolas mientras que en las horas libres despuntaba su hobby por la música tocando el acordeón.
Obviamente este hecho sería fundamental en el acercamiento de Luiz a la música y en que posteriormente dedicó su vida a la misma.
Esa sintonía y pasión por la música entre padre e hijo hizo que hasta se presentasen juntos interpretando música en bailes y en ferias.
El tema musical Asa-Branca, compuesto en el año 1947, ha sido su canción más emblemática.
A los 18 años deja su tierra como consecuencia de un amor que terminó en enfrentamiento con la familia de su amada. Ingresó en ese momento en el ejército y pasó largos años viajando por diversos estados de su país.
Hacia finales de la década del treinta se da de baja en el ejército y decide emprender una carrea en la música. Al comienzo fue difícil pero para mediados de la década del cuarenta ya era un artista reconocido.
Estuvo casado con Helena Calvacanti y tuvo un hijo con una corista, antes de ese enlace, al cual reconoció y mantuvo, pero su crianza la llevaron a cabo los padrinos del niño.
Logró cosechar una larga carrera y editó una vasta discografía que lo pasó a la inmortalidad como artista del baião.
Murió en Recife a causa de un paro cardíaco, un 2 de agosto del año 1989.