Luis Federico Leloir fue un destacado científico argentino del siglo pasado, cuyos estudios e investigaciones no solamente colocaron su figura en una posición de privilegio mundial, sino que además crearon un aporte inestimable al conocimiento más profundo en lo concerniente a los hidratos de carbono y también de la gravísima enfermedad congénita galactosemia (incapacidad de metabolizar a la galactosa en la glucosa).
Por los mencionados logros y otros aportes, Leloir, fue galardonado en el año 1970 con el Premio Nobel de Química.
Luis Federico Leloir nació en la ciudad de París, Francia, el 6 de Septiembre del año 1906 como consecuencia que sus padres se hallaban allí a la espera de una operación que le iban a practicar a su padre.
Lamentablemente, Leloir, no conoció a su padre, quien falleció una semana antes de nacer su hijo.
En el año 1908 regresa al país de origen de sus padres: Argentina y se instala en La Pampa.
Desde pequeño, Leloir, demostró su inclinación hacia las ciencias naturales, leyendo artículos que versaban sobre el tema y también a través de sus propias observaciones.
Estudió en la Escuela General San Martín, en el Colegio Lacordaire, en el Colegio del Salvador y el Colegio Beaumont en Inglaterra.
Luego de un errático inicio en la facultad de arquitectura, Leloir, ingresa a la Universidad de Medicina de Buenos Aires, en la cual se graduaría en el año 1932.
Tras pasar una breve residencia en el Hospital de Clínicas, Leloir, decide dedicarse a la medicina experimental en laboratorio.
Al tiempo conoce al destacado médico argentino Bernardo A. Houssay, quien se convertiría en el director de su tesis doctoral sobre las glándulas suprarrenales y el metabolismo de los hidratos de carbono.
Leloir se graduó con honores y en el año 1936 viajó a Inglaterra para profundizar sus estudios en la Universidad de Cambridge.
Para este momento ya era un especialista en el metabolismo de los carbohidratos.
En 1937, de nuevo en Argentina, Leloir, comienza una investigación acerca de la oxidación de los ácidos grasos en el Instituto de Fisiología de Buenos Aires.
También desarrolló su actividad en el Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Campomar, en la Asociación Argentina para el Progreso de la Ciencia, en el Departamento de Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires y en el Instituto de Investigación Bioquímica de su creación.
El año 1943 vuelve a marcar la salida de Leloir de la Argentina para colaborar con otras investigaciones en la Universidad de Washington y en el Columbia University´s College of Physicians and Surgeons.
Leloir, gracias a sus investigaciones y descubrimientos, especialmente la de la participación de los nucleótidos de azúcar en la fabricación de los hidratos de carbono, logró una enorme cantidad de reconocimientos: el de Cairdner Foundation de Canadá, el de la Fundación Bunge y Born, el Louisa Gross Horowitz, de Nueva York y en 1970, el máximo que esperan los científicos, el Nobel de Química.
También, fue muy importante la tarea formativa que desempeñó en su metier, desde 1947 y hasta 1982.
Asimismo, participó del Directorio del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de la Argentina (CONICET) y fue miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires.
El 17 de Diciembre de 1987 falleció en Buenos Aires, a los 81 años.