La arquitectura del siglo XX tuvo en el arquitecto alemán Mies van del Rohe a uno de sus máximos exponentes.
Entre sus grandísimos aportes al ámbito se destacan especialmente la incorporación de nuevos materiales a instancias de la construcción, tal es el caso del acero, el vidrio y el cemento ya armado y también la gran simplicidad de formas promovió, porque sus propuestas se caracterizaban justamente por esto, por darle una impronta desnuda a las estructuras y proveerlas de formas netamente lineales.
También fue reconocido mundialmente por ser el director de una de las escuelas de diseño y arquitectura más prestigiosas de todos los tiempos, la Bauhaus, entre los años 1930 y 1933, año en el cual fuera cerrada.
Ludwig Mies van der Rohe nace en la ciudad alemana de Aquisgrán, el 27 de marzo del año 1886.
Desde pequeño presentó inclinaciones hacia el diseño y la construcción que plasmó a principios del siglo pasado en el taller que su padre poseía y en el que se realizaban esculturas de piedra.
En el año 1905, ya teniendo en claro su vocación por la arquitectura, se traslada a la ciudad de Berlín para incorporarse al estudio de arquitectura de Bruno Paul.
Para el año 1912 y tras realizar enormes esfuerzos consigue abrir su primer estudio en Berlín.
Luego de concluirse la Segunda Guerra Mundial, Rohe, abandona la propuesta neoclásica que había seguido hasta ese entonces y se acerca a una serie de propuestas de vanguardia que lo pondrían al frente de un variado universo de magníficos proyectos.
Entre los más destacados de esta etapa se cuenta un edificio de oficinas en Berlín el cual está construido por dos torres a las cuales la une un núcleo central conformado por ascensores y escaleras.
El indicado más otros proyectos como el de una casa conformada toda por ladrillo lo erigieron en el arquitecto del momento y le aportaron un notable prestigio que lo llevarían a ser demandado por diferentes emprendimientos.
En tanto, su obra maestra es sin dudas el pabellón que construyó para su patria en el año 1929 a instancias de la Exposición Internacional de Barcelona.
El cierre de la escuela Bauhaus lo impulsaron a dejar su patria y a asentarse en los Estados Unidos en donde también ocuparía importantes cargos relacionados a su quehacer y también desplegaría grandes construcciones.
Entre los más destacados se cuentan, la dirección de la facultad de arquitectura Technology Institute de Chicago y la construcción del rascacielos Seagram Building en Nueva York, respectivamente.
El 17 de agosto de 1960, a los 83 años fallece en la ciudad de Chicago.