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Definición de Lenguaje Inclusivo tendencia, y ejemplos

El lenguaje inclusivo o no sexista surge como una propuesta feminista para usar la lengua de manera más responsable al procurar una menor discriminación en cuanto al género en cualquier discurso, ya sea de forma oral o escrita. Su objetivo es reducir la brecha de género al incluir y respetar de forma explícita a hombres, mujeres y personas de la comunidad LGBTQIA+.

Tendencia sociocultural

La propuesta del lenguaje inclusivo parte de la esencia de la lengua, entendida como un constructo social muy complejo en el que existe una relación muy importante entre los hablantes y la lengua misma: los hablantes son quienes forman o construyen la lengua y si ellos quieren cambiar la forma en que se dice algo, se hace; sin embargo, estos cambios no son tan fáciles debido a que suelen darse de manera inconsciente. Por ejemplo, ahora que existen las computadoras y las laptops hemos tenido que designarles con una palabra y, si bien al inicio no era un término tan común, ahora es rara la persona que no conoce dichas palabras.

También, son ejemplo de estos cambios, las antiguas palabras del latín que cambiaron su forma con el paso de los años, pero que seguimos utilizando, por ejemplo, capitia pasó a ser cabeza y formica pasó a ser hormiga, todo esto debido a procesos de evolución de la lengua. Existen otras palabras que han permanecido con igual forma, pero su significado ha cambiado, como es el caso de “patético” que originalmente tenía una connotación de conmoción, tristeza, amargura, y ahora se le conoce más como algo que da pena, decepción o que resulta ridículo.

En este sentido, claro que es posible cambiar la lengua, pero no es algo sencillo, no es algo que se decida, sino que las ideologías y la vida cotidiana exigen a la lengua cambiar. Considerando esto es que surge la idea del lenguaje inclusivo bajo la postura de que una lengua, en nuestro caso el español, refleja el dominio patriarcal de la sociedad y lo que se busca es modificarla para que al mismo tiempo haya un cambio cultural en el que se deje de invisibilizar a la mujer y a las personas de la comunidad LGBTQIA+.

Existen muchas posturas en cuanto al lenguaje inclusivo debido a que no existe una norma de cómo hacerlo, sino que cada grupo ha buscado y utilizado la forma de expresarse que mejor le parece para no excluir a nadie. Otra gran razón es que este es un movimiento reciente, no hay nada por sentado y la idea es, justamente, encontrar la manera de hacerlo para que en la lengua se refleje nuestra realidad social. Por lo anterior, es importante mencionar algunas de las posturas más conocidas respecto al lenguaje inclusivo.

La mención de ambos géneros

Un recurso usual para incluir a todas las personas dentro de un discurso es el ya conocido “todos y todas” o “todas y todos”, también podemos encontrar las formas escritas de “tod@s” y “todxs”. Si bien de esta manera se logra abrir el margen de inclusión, es importante agregar que esta propuesta tiene como lado negativo la duplicación total del discurso, puesto que será necesario continuar incluyendo a ambos sexos a lo largo de la disertación y terminará siendo repetitivo y ruidoso. Para evitar esto, se sugiere mencionarlo en el discurso, pero no repetirlo en todas las palabras.

El cambio de género gramatical

Otra de las propuestas tiene que ver con un intento de eliminar los géneros gramaticales de la lengua correspondientes al femenino y masculino, de esta forma se buscaría hacer un cambio en palabras como la compañera y el compañero al sustituirlos por la forma neutra compañere. La idea es agregar o modificar la terminación de una palabra con la letra -e. Este recurso resulta más amplio, a comparación con el mencionado líneas arriba, debido a que busca incluir a las personas que no se sientan identificadas con el género binario. Aunque la RAE ha declarado que el género masculino es el “no marcado”, es decir, que al mismo tiempo puede funcionar como neutro, en la realidad es notable que no representa a todas las personas.

Cabe mencionar que no es posible aplicar este cambio (agregar -e) a todas las palabras, debido a que muchas de ellas tienen esa terminación y contienen un género bastante marcado, como es el caso de “presidente” que gramaticalmente es neutro, pero en la práctica es masculino y, de hecho, se rechaza el uso de “presidenta” (aunque este ya había sido aceptado en 1803).

El sexismo en la lengua

María Martín Barranco habla de la asimetría de trato como parte del sexismo en el lenguaje y este consiste en “aplicar innecesariamente distintos criterios para el masculino y el femenino”. El ejemplo más claro de esto está en expresiones como “perro y perra”, “zorro y zorra” o “gato y gata” donde el sustantivo masculino nos hace pensar simplemente en un animal, en cambio, los femeninos hacen alusión a una mujer, a una prostituta, y esto se debe a las estructuras sociales que dictan una ideología en la que la mujer puede ser llamada de todas esas formas, y más, porque puede serlas.

Ejemplos para aplicar en el día a día

Como parte de los esfuerzos realizados para no discriminar de manera sexista a ninguna persona, se han propuesto alternativas que incluyan términos neutrales para que estos puedan designar a cualquier género. A continuación, se incluyen algunos consejos prácticos mencionados en el libro Ni por favor ni por favora: Cómo hablar con lenguaje inclusivo sin que se note (demasiado), de Martín Barranco:

Términos neutros: La población de España, en lugar de los habitantes de España. La ciudadanía, en lugar de los ciudadanos.

Impersonales: Quienes lleguen tarde, en lugar de los que lleguen tarde. Se deberá presentar en la reunión, en lugar de el involucrado deberá presentarse en la reunión.

Gerundio: Las y los artistas que se están nominando para esta categoría son…, en lugar de las y los artistas nominados para esta categoría son…

Evitar los masculinos: Las ganadoras y ganadores del concurso fueron Renata, Santiago y Lola o Las participaciones ganadoras del concurso fueron las de Renata, Santiago y Lola; en lugar de Renata, Santiago y Lola fueron elegidos como los ganadores del concurso.

Evitar el uso de “el hombre” como raza: El ser humano o la raza humana descubrió, en lugar de el hombre descubrió.

Autor

Escrito por Marcelo Jesús Salazar Martínez para la Edición #115 de Enciclopedia Asigna, en 08/2022. Marcelo es licenciado en Lingüística y Literatura Hispánica, actualmente estudia la maestría en Literatura Hispanoamericana con PNCP en la BUAP y se especializa en narrativa fantástica hispanoamericana de los siglos XIX, XX y XXI.