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Definición de Krill características, alimentación, y economía

Carlos F. Lira Gómez
MSc. en Ciencias Marinas

Krill es el nombre común que recibe un grupo de crustáceos pertenecientes al orden de los eufausiáceos, que se encuentran distribuidos en todos los océanos del mundo y que asemejan pequeños camarones, de los cuales se diferencian principalmente por presentar branquias filamentosas no cubiertas por el caparazón, por carecer de maxilípedos (apéndices torácicos modificados para participar en la alimentación) y por presentar apéndices torácicos birramosos. Son organismos pelágicos que se alimentan principalmente por filtración del fitoplancton, aunque algunas especies pueden ser omnívoras o carnívoras.

Características generales

Los eufausiáceos están representados por 87 especies válidamente descritas, que pueden medir entre 2 y 15 cm. El cuerpo está dividido en dos tagmata, el cefalotórax y el abdomen. El cefalotórax está conformado por el acrón (región presegmentaria y portadora de los ojos), 5 somitos cefálicos y 8 somitos torácicos fusionados y cubiertos por el caparazón. El abdomen, por su parte está conformado por 6 somitos libres y el telson (región postsegmentaria y donde desemboca del ano).

Poseen dos pares de antenas (anténulas y antenas), ambas birramosas y los ojos son compuestos, pedunculados, y en ocasiones presentan constricciones. Todos los apéndices torácicos son birramosos, aunque en ocasiones el último, o los dos últimos pares de toracópodos pueden estar reducidos o ser vestigiales.

Los apéndices del abdomen (pleópodos) son birramosos y, en los machos, el primer y segundo par están modificados para la cópula. El último par de pleópodos están modificados (urópodos) y junto con el telson forman el abanico caudal.

Alimentación

La mayoría de las especies de krill son herbívoras u omnívoras, alimentándose principalmente de fitoplancton (diatomeas), así como de rotíferos, copépodos y otros integrantes del zooplancton, utilizando las setas presentes en sus toracópodos para filtrar el agua y atrapar a sus presas. Algunas especies pueden alimentarse depredando larvas de peces y organismos zooplanctónicos de mayor tamaño.

También se ha descrito un mecanismo de alimentación en el cual el krill escarba en el sedimento, resuspendiendo la materia orgánica y pequeños organismos bentónicos, los cuales después atrapa por filtración.

Reproducción

Los representantes del krill son organismos gonocóricos (es decir que presentan sexos separados), a menudo sexualmente dimórficos, con las anténulas modificadas en los machos. Los machos poseen órganos copulatorios, los cuales se forman por modificación del primer y segundo par de pleópodos, mientras que las hembras presentan estructuras copulatorias (telicum) en los esternitos de los últimos somitos del tórax y en algunas especies pueden desarrollar un ovisaco para cargar la masa ovígera.

El macho deposita el paquete de esperma (espermatóforo) en el telicum de la hembra. Los óvulos van siendo fecundados a medida que maduran y emergen al telicum. Los huevos no exceden de 0,4 mm de diámetro y una hembra puede producir hasta un tercio de su peso en huevos.

Los huevos pueden ser liberados directamente al medio para su desarrollo y posterior eclosión, o pueden ser retenidos dentro de un ovisaco. La eclosión ocurre como una larva nauplius (en los huevos no mantenidos en ovisacos), o en una etapa más tardía de desarrollo. Generalmente existen cuatro estadios larvales (nauplius, metanauplius, calyptosis y furcilia), cada uno de ellos con varios subestadios, para los cuales deben pasar por mudas sucesivas. Durante los dos primeros estadios larvales, la larva depende de las reservas vitelinas para su desarrollo y la alimentación exógena se inicia durante el estadio de calyptosis.

La duración de cada subestadio depende de diversos factores, principalmente la temperatura y la disponibilidad de alimento, pero en promedio, dura entre 9 y 28 días. Las especies de aguas cálidas tienen un ciclo de vida más corto, incluso menor a un año, mientras que las especies de aguas frías pueden vivir más de cinco años.

Importancia ecológica

El krill es considerado como un eslabón fundamental de las cadenas tróficas en ambientes marinos, al permitir la transferencia de energía desde los productores primarios del fitoplancton hasta los niveles tróficos superiores. Constituyen la principal fuente de alimento de gran variedad de especies de invertebrados, mamíferos, peces, pingüinos y otras aves marinas, entre otros. Una ballena azul, por ejemplo, puede consumir más de tres toneladas y media de krill al día.

La densidad de algunas especies de krill puede superar la cantidad de mil organismos por metro cúbico, y su biomasa, en algunas regiones del antártico ha sido estimada en más de 500 millones de toneladas, mientras que a nivel global supera ampliamente las 3,5 mil millones de toneladas, siendo quizás el grupo de metazoarios marinos con mayor biomasa estimada.

Las fluctuaciones de la biomasa de estos organismos tienen efecto directo sobre sus depredadores, por ejemplo, se ha reportado que durante 1998 hubo una caída drástica de la biomasa de krill en el mar de Bering, lo cual afecto la temporada reproductiva del salmón del norte.

También es importante señalar que el krill realiza grandes migraciones nictimerales, es decir que diariamente, en horas diurnas, se sumergen grandes profundidades, y en horas nocturnas emergen a aguas más superficiales, lo cual permite, no solo que estén disponibles para depredadores de aguas profundas, sino también que ayudan de esta manera a capturar carbono de aguas superficiales y transportarlo a aguas profundas, donde no pueden reingresar a la atmósfera, contribuyendo así en cierta medida a mitigar la presencia de gases invernaderos en la atmósfera.

Distribución

Los eufausiáceos están presentes en todos los mares y océanos del mundo, algunas especies presentan distribución restringida, ya sea geográficamente o batimétricamente (en la columna de agua), mientras que otras presentan una distribución muy amplia. Algunas especies habitan aguas relativamente someras cercanas a la costa, mientras que otras pueden llegar a vivir en profundidades cercanas a los 600 metros, aunque durante sus migraciones verticales pueden llegar hasta los 4000 metros de profundidad. Latitudinalmente, se pueden encontrar desde el Ecuador hasta las aguas polares, tanto del hemisferio norte como del hemisferio sur.

Valor y alcance económico

A pesar de su reducido tamaño, el krill es pescado activamente a gran escala desde mediados del siglo pasado, con cosechas mundiales cercanas a las 500.000 toneladas, lo que ha llevado a que fuese considerado en peligro de extinción y se establecieran planes de cosecha mundiales por parte de la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos. Sin embargo, para el presente siglo, los volúmenes de captura parecen haberse estabilizado en menos de 200.000 toneladas, lo cual está muy por debajo de lo establecido por la mencionada convención.

El principal uso que se da al krill es para producir carne de cola, la cual se vende congelada o encurtida, siendo los principales mercados Japón, Corea, Rusia, Ucrania y otros países de la antigua Unión Soviética.

Otro uso es la obtención de harina, hidrolizado y aceite de krill, los cuales se emplean como suplemento alimenticio en actividades acuícolas, para mejorar la palatabilidad del alimento y para suministrar astaxantinas, ácidos grasos y otros compuestos.

Cerca del 1,5% de la biomasa de krill pescado se recupera en forma de aceite, y aunque no es una fuente importante de omega-3, recientemente ha adquirido creciente interés en su uso debido a los fosfolípidos que posee.

Referencias bibliográficas

McLaughlin, P. A. (1980) Comparative morphology of the recent crustacea. W.H. Freemab and Company, San Francisco, 177 pp.

Hardy, R.W. (2008). 13 - Alternative marine sources of fish feed and farmed fish quality, En: Lie, Ø (Ed.). Improving Farmed Fish Quality and Safety, Woodhead Publishing Series in Food Science, Technology and Nutrition, Woodhead Publishing, 328-342.

Cleary, A. C.; Durbin, E. G. & Rynearson, T. A. (2012). Krill feeding on sediment in the Gulf of Maine (North Atlantic). Marine Ecology Progress Series, 455: 157–172.

Brusca, R. C. & Brusca, G. J. (2005). Invertebrados. 2da Edición. McGraw – Hill – Interamericana, Madrid, 1005 pp.

Autor

Escrito por Carlos F. Lira Gómez para la Edición #139 de Enciclopedia Asigna, en 08/2024. Carlos es MSc. en Ciencias Marinas, mención Biología Marina del Inst. Oceanográfico de Venezuela, UDO. Profesor de Carcinología y Zoología Gral. en la UDO.